Te veo, Yawne {Neteyam y Lectora} Avatar

7 - Sentimientos.

_____.

— Tsireya me dijo que hablando con él podrías hacerlo cambiar de opinión...

— Parece que todos estuvieron hablando con Tsireya hoy...— comenté con diversión — Tendré que tomar cartas en el asunto...

— Solo quiere ayudar...— el se giró a verme — _____, yo...

— ¡Kiri despertó! ¡Kiri despertó! — la hija menor de los sully salió de su hogar dando saltos con alegría y avisando a todos los cercanos.

Miré a Neteyam incentivandole a ir y ver como estaba su hermana.

Guardó silencio unos segundos y finalmente asintió, se puso de pie y rápido se apresuró a entrar en su hogar.

Sentí como la preocupación abandonaba mi cuerpo tras la noticia de Kiri.

En serio estaba preocupada, no quería que nada malo le sucediese a ella, ni a ninguno de los Sully, por lo que sé, han pasado por muchas cosas desde la llegada de las personas del cielo que solo les atormentan.

Ya es hora de ir a dormir, mañana será otro día, espero que uno más tranquilo.

Neteyam.

— ¿Qué sucede hijo mío? — mi madre llegó a sentarse junto a mí, estábamos sobre la maya, a orillas del mar — ¿No te sigues culpando por lo que pasó con Kiri, o sí? — acarició mi mejilla con delicadeza — No es tu culpa, no sabías que algo así pasaría...

— Lo sé — respondí — Papá también lo ha dicho — comenté.

— ¿Entonces porque tienes esa cara? ¿Alguien de la tribu a ha vuelto a decir algo de ti o tus hermanos? De ser así, solo debes señalarme quién ha sido y me encargaré de que no vuelva a ver la luz del día cariño — rápidamente negué ante su suposición.

— Yo...verás...— comencé a decir — Hay alguien que...me hace sentir cosas — intentaba buscar las palabras correctas para expresarme — Yo..no sé como explicar las cosas que me hace sentir, tengo una idea pero...le conozco hace solo unos días así que me parece exagerado, cada mañana al despertar, lo primero que hago es salir y buscarle con la mirada — mi madre escuchaba atenta.

— Doy por hecho que se trata de _____, — dijo con seguridad, me sorprendí un poco y claramente lo notó — Hijo, es obvio, además de Tsireya, es la única con la que convives a menos que se trate de un chico — negué lentamente.

— Sí, se trata de ella — reafirmé — Ella es la que me hace sentir cientos de cosas — volví a decir — Desde que la vi cuando llegamos, captó mi atención y ya no pude quitarle la vista de encima, me gusta pasar el tiempo con ella y tener su atención, yo...creo...no, sé que en verdad quiero estar a su lado y también quiero que ella quiera estar a mi lado, pero...parece que hay una situación, ya sabes, eso de que sea la primogénita del Olo'eyktan la consume por completo y cree que debe casarse con quién sus padres decidan — expliqué con pesar, sintiendo lástima por mi y mi situación.

— Oh hijo...y creer que seguía pensando que tanto tu como Lo'ak aún eran mis pequeñitos, pero veo que están creciendo tan rápido — expresó con ternura — Ahora entiendo porque lucias tan pensativo los últimos días, escuchando lo que me cuentas...si suena algo difícil, pero sabes que al final uno siempre debe seguir a su corazón, si ella te quiere, hará lo posible por estar contigo incluso si debe ir en contra de sus padres.

— Es solo que luce tan determinada a seguir los deseos de ellos — suspiré con cansancio — ¿Y si ella no me quiere? He estado pensando esa posibilidad, digo, no me he confesado abiertamente, pero con lo que pasó hace rato claramente me dejé en evidencia.