4: mierda, Marcos Ginocchio

1.4K 116 57
                                    


Thiago y Coty no tardaron absolutamente nada en empezar a murmurar cuando divisaron a Agustin ingresando en la cafetería acompañado de, nada más y nada menos que Marcos Ginocchio.

- ¿Qué mierda les pasa a ustedes dos? Parecen dos viejas chismosas. - Se queja Lautaro, dirigiendo su mirada hacia sus dos amigos, quienes le miraron estupefactos y después, señalaron hacia donde Agustin se encontraba acompañando a Marcos por algo para almorzar. - Oh, miren, Agustin está con el pibe anaconda.

Thiago soltó una carcajada.

- ¿Le contaste a Lautaro? - Inquirió Coty, mirando acusadoramente a Thiago.

- La verdad, fue Agustin el que me contó. Estaba tan desesperado de que el pibe anaconda lo perdonara, que nos contó a todos de su... hermosa y romántica primera charla. - Respondió Lautaro con tranquilidad y sarcasmo.

Coty estuvo a punto de regañarlo.

- Hola, chicos. - Saludó Agustin, sonriendo con un poco de tensión. Sabía que sus amigos podían ser algo.. extraños, y a él no le importaba, sólo que, esta vez, no quería asustar a Marcos. - Ehh.. él es Marcos Ginocchio. Va a ser nuestro amigo ahora.

Lautaro, Thiago y Coty se miraron entre sí con un poco de sorpresa.

- Yo soy Thiago Medina, encantado de conocerte. - Saluda el segundo menor de la sala, estirando una mano hacia Marcos. El alto le corresponde el saludo con timidez.

- Un gusto... - Susurra, sonriendo.

- Mi nombre es Coty Romero vos....¡Sos una ternura! - Coty exclama, apretando una de las mejillas de Marcos. Este se queja por lo bajo, pero sonríe avergonzado.

- G-gracias...

- Lautaro Rojas. - Murmura el castaño claro, sacudiendo levemente su mano. Marcos asiente en forma de saludo. - Así que.. vos sos el pibe anacon...

Las palabras de Lautaro fueron interrumpidas por las manos de Thiago sobre su boca y las histéricas risas de Coty.

- No le hagas caso a Lautaro, Marcos, no sabe lo que dice. - Le asegura el menor de la mesa, sonriendo tranquilamente. - Y decime, ¿Qué estudias?

Agustin casi se muere de un infarto. Si no fuese por Coty, Lautaro habría dicho algo verdaderamente estúpido e imprudente, lo que habría desencadenado en un ataque de pánico en Marcos y de seguro habría terminado huyendo.

Iba a ser un poco complicado que Marcos y sus amigos se llevaran bien, pero esos idiotas estaban advertidos; tenían que ayudarle a entrar en confianza con Marcos para lograr su objetivo, o Agustin se vería obligado a hacerles pasar vergüenza con sus novios, ya que el ser consejero de todos sus amigos y su cofre de secretos tenía ventajas con aroma a chantaje.

.

- Ah... Mmh...

De nuevo Marcos empujaba en su interior, más duro, más rápido. Oh, joder. Podía sentir todas y cada una de las hinchadas venas sobresaltando y palpitando por la carne caliente... o al menos, eso era lo que se imaginaba.

Agustin no podía entender el porqué, pero cada vez que pasaba más tiempo con Marcos, sus fantasías se volvían mejores. Más realistas, más deliciosas.

Movió su mano con más rapidez, buscando llegar lo más rápido posible. No tenía demasiado tiempo, pero no había podido evitarlo.

- M-mierda... Marcos... - Susurró, intentando vanamente morder sus labios para callar sus gemidos placenteros. Pero, en el fondo, se sentía insatisfecho. Aunque la potencia de su vibrador estaba al máximo y aunque se encontraba moviéndolo fervientemente adentro y fuera de su entrada, no se sentía del todo satisfecho.

Falofilia - margusDonde viven las historias. Descúbrelo ahora