❱Cap 19❰

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Capítulo 19

Dos días después de la muerte de Russo, un convoy de doce vehículos viajaba por las pintorescas carreteras italianas custodiando a un treceavo con dirección de Reggio Calabria. En el vehículo que iban resguardando, viajaban Fabrizzio como chófer, Guido como copiloto y en los asientos traseros estaban Mew, Gulf, Carlo y Géronimo y todos se dirigían a la mansión de la mafia que se encontraba en aquella ciudad debido a que recibirían al jefe supremo de La Cosa Nostra: Salvatore Maranzano.

Antes de salir de casa, Mew se había encargado personalmente de colocarle a Gulf un traje especial de fabricación japonesa, que ayudaba a cubrirse mejor de las balas. Algo así como un chaleco anti balas pero con mayor cobertura a lo largo de las extremidades y puntos letales en donde pudiese disparar el enemigo.

Sin embargo, la ventaja en aquella reunión la tenía La N'drangheta, y no solo porque la junta se llevaría a cabo en territorio calabrés, sino porque la mafia siciliana tenía muchos problemas de los cuales preocuparse como para entrar en suelo enemigo y atentar contra la vida del señor del infierno y su gente.

Pero nunca estaba de más ser precavido. Mew había ordenado que "El santuario de los mafiosos" estuviese perfectamente vigilado con mucho más personal de seguridad de lo que normalmente había. Incluso, había mandado a traer desde el puerto de Gioai Tauro, a su flamante francotirador Vicentico Palumbo con la exclusiva tarea de ser un halcón para Gulf y proteger a como diera lugar su seguridad.

- ¿Está bien que recibas a esos sujetos en tu casa? – Gulf le preguntó a Mew y éste le regaló una mirada tranquilizadora que no pasó desapercibida para el consigliere y para Geronimo.

- No tienes nada de qué preocuparte – respondió el líder mafioso – sería muy estúpido que nos atacaran en nuestro territorio, ellos tienen mucho más que perder que nosotros – sin vergüenza pero con discreción deslizó su mano hasta alcanzar la del menor y entrelazó sus dedos - además, tendrás a Vicentico como tu halcón, él se encargará de cuidarte en todo momento –

- Eres la joya de la corona, así que Mew no va a permitir que te pase nada – agregó Carlo y Mew le dedicó una suspicaz mirada - ¿Qué? Es la verdad, todos sabemos que ahora tenemos dos jefes a los cuales servir y por los cuales velar –

- Será mejor que cierres la boca – advirtió Mew – tienes permitido hablar siempre y cuando sea algo relacionado con La N'drangheta sino, mejor quédate callado –

- Prohibido hablar para poner en vergüenza a mi enamorado amigo – expresó Carlo como un mantra y aunque Mew iba a contestar su comentario, Gulf habló primero.

- En realidad no estoy preocupado únicamente por mí – dijo apretando el agarre que tenía con Mew en la mano – solo no quiero que nada malo nos pase a ninguno de nosotros –

- Nada malo va a pasarnos bebé – Mew se había acercado a su oído para que los demás no lo escuchen – confía en mí –

- Confío en ti Mew – aseguró Gulf y sabiendo que no habría problema, se acercó para unir sus labios con los de su pareja en un beso fugaz pero significativo.

***

- Es un placer poder visitarte nuevamente Alessandro – Salvatore había entrado al despacho que Mew tenía en la residencia oficial de La N'drangheta acompañado de un séquito de guardaespaldas que protegían su integridad.

- Me temo que no puedo decir lo mismo al recibirte en mi casa – respondió Mew el saludo desde la silla detrás del escritorio con Gulf de pie detrás de él haciéndole compañía.

- Sí, me imagino que el asunto de Russo Kanawut ha fragmentado más nuestro tácito acuerdo de cordialidad entre mafias – comentó el recién llegado mientras tomaba asiento delante de Mew.

El señor del infiernoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora