Besé la noche, toqué su broche
susurré su borde, provoque el reborde,
amplíe sus grietas dejadas entre abiertas,
sellé sus labios y las convertí
en mi cubierta.Tomé su elixir, comí su clitoris,
glaseado de fresa, poema me besa,
choque de siluetas en la penumbra,
ojos encendidos como curva en la tundra.Maratón de gemidos, muchos prohibidos,
sentados a la luna, canción de cuna,
sonrisas sinceras, los suspiros empieza
la sinfonía discreta de despertar
en la maleza.