Te siento como la maravilla
más frágil del mundo entero
como lo más bello
y perfecto que mis pensamientos
hayan resuelto.
Y sabéis que me refiero
a ti corazón de cristal,
tú eres mi motor para vivir,
mi contexto, mi aliento,
mi sustento más allá
de todo cuento.
Aunque mi mente caiga
en desespero,
tú seguirás dándole vida
a este cuerpo que vive
de momentos.
Seguirás palpitando
por cada segundo eterno,
me darás tranquilidad
en todo tiempo.
Mi mente me dice
que alces el vuelo,
matarte será mi único consuelo,
para darle paso a un absurdo sufrimiento.
Es una lucha que cada día
se incrementa en mi pecho,
pero sé que tu corazón de cristal
lucharás por sobrevivir a este
angustioso miedo.
Eres mi refugio
donde puedo resguardarme
del mal recuerdo,
de esas palabras hirientes
sin recelo.
Por eso te admiro mucho
mi guardián de terciopelo,
mi guía al final del agujero
aunque a veces te equivoques seguiré
confiando en ti
sin colocar ningún, pero.
Corazón de cristal
estarás siempre tan
transparente e inocente
como un niño pequeño.
