Trátame Suavemente

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Han sido los mejores días de mi vida, Akutagawa es simplemente una obra de arte, no sé si me gusta, si lo amo, si lo veo como un amigo, no lo sé, estoy demasiado confundido, pero cualquiera de estas opciones están bien mientras él esté a mi lado.

Todo de él es malditamente atractivo, su rostro, sus ojos, su cabello, su mirada, sus manos, sus dedos, su nariz, etc, pero Akutagawa no es sólo físico, su personalidad me gusta tanto... Todo de él, todo, todo, sin ninguna excepción, me gusta, él es maravilloso...

Mierda, parece un texto de enamorado.

Atsushi soltó una risita nerviosa junto con un sonrojo.

Eran las 2:00 de la mañana y él se encontraba en su escritorio, escribiendo sobre lo que pensaba sin poder conciliar el sueño.

Resulta que los últimos 3 días después de la "cita" que ellos tuvieron, Atsushi se encontraba más confundido que nunca. Un día pensaba "Me gusta Akutagawa" y al segundo cambiaba de opinión, no sabía lo que sentía, y estaba desesperado.

- ¡Mierda! - Gritó y golpeó su escritorio con frustración, sus ojos amenazaban con ponerse a llorar.

Segundos después, sintió pánico, escuchaba como alguien subía las escaleras.

- ¿M-mamá? ¿Gojo? - Dijo en un hilo de voz, probablemente era su madre, se estaba preparando mentalmente para el regaño.

- ¡Hijo, duérmete por favor! - Escuchó la voz de su madre y se tranquilizó. Vale decir que se maldijo internamente.

- Ya, mamá. - Dijo simplemente.

- Tengo que hacer algo, mierda, quizás debería conocer nuevas personas... Tal vez eso me alejaría de Akutagawa, y no es lo que quiero, pero... Agh, no sé que es lo correcto. - Dijo para sí mismo, con frustración.

- Carajo, mañana es lunes y yo aquí despierto... Lo mejor será dormirme... Aunque como voy, no creo poder. - Pensó.

Le costó una hora, pero logró conciliar el sueño, le esperaba un largo día.

[...]

Por primera vez en su vida, deseaba que Akutagawa no fuera ese día, su cabeza estaba hecha una verdadera mierda, y él era el culpable, no quería ver a la persona que que no lo dejaba ni siquiera dormir sin que se le pasara por la cabeza, no podía afrontarlo.

Recién había llegado a la escuela, no tenía ánimos de nada. Simplemente tomó asiento donde le correspondía, y no prestó nada de atención a la clase, como siempre.

Dos horas de clases pasaron, y llegó el recreo. Al parecer, los deseos de Atsushi se hicieron realidad, Akutagawa no se presentaba. Lo extraña, pero quizás era lo mejor no verlo por hoy.
Se encontraba cabizbajo en su pupitre, no le apetecía salir a recreo.

- ¡Atsushi! ¿Por qué esa cara tan larga? - Maldijo al estúpido ser humano que le hablaba en ese momento, con ese tono tan juguetón, no tenía ganas de ser amable, no se le apetecía.

- Larga la tengo, ¿podrías ser tan amable y volver por donde viniste? - Dijo seriamente, sin remordimientos, y sin mirar al molesto compañero que le dirigió la palabra. No se molestó en prestar atención para reconocer a la persona que le estaba hablando.

- Mierda, Atsushi, suenas mal, ¿qué pasa? - Por más que no quería prestarle atención a la persona que le hablaba, en verdad tenía un poco de ganas de contestarle, y esas ganas lo evadieron, por lo que levantó la cabeza, y se encontró con nada más y nada menos que la mirada intrigada de su mejor amiga.

Sway With Me || Shin Soukoku Donde viven las historias. Descúbrelo ahora