El clima era perfecto, las olas eran pacíficas y el crepúsculo se acercaba. Una joven disfrutaba el panorama cuando una voz llamó su atención.
- Princesa Sango, le solicito entre a su camarote. Un barco pirata se aproxima- le dijo el capitán del navío un tanto preocupado.
- Entiendo - dijo después de un corto suspiro – aunque no debería preocuparse por mí- sonrió y entró al camarote.
El capitán se sorprendió ante tal respuesta, pero no le tomó importancia, debía concentrarse en los piratas que se acercaban rápidamente al navío (probablemente a robar) y no quería que hirieran a la princesa.
El barco pirata llevaba una bandera roja con las iniciales IT en letra cursiva color oro. La cubierta parecía haberse construido con tablones de oro, pero eso era imposible, no existía barco en el mundo que navegara con tanto peso sobre él. Un joven peli-plata de ojos dorados con vestimentas de mal gusto (al menos para los franceses) se acercó al borde del barco para comunicarse con el capitán del navío francés.
- ¿Hacia dónde se dirigen? – preguntó el pirata con una sonrisa burlona.
- Nos... nos dirigimos a Francia...- respondió de inmediato nervioso por la respuesta que había dado.
- Ya veo... sin querer escuché un rumor...- nuevamente una sonrisa sarcástica se dibujó en su rostro – Se dice que la princesa de Francia, Sango, vuelve a su país... ¿se encuentra en este navío?
El capitán sintió una gota de sudor frío recorrer su espalda lo que agradó enormemente al joven oji-dorado. Su semblante parecía refinado y su forma de dialogar un poco déspota, si no se equivocaba era un inglés y, al reconocerlo, los ojos del francés se ensancharon en señal de sorpresa, sus piernas comenzaron a temblar, al mismo tiempo que sus manos sudaban en gran cantidad.
Inuyasha Taisho era el pirata más temido en aguas europeas. Quien se enfrentaba a su embarcación jamás regresaba y su cuerpo nunca aparecía. La sensación de muerte inmovilizó por completo la tripulación francesa. El inglés sonrió triunfante al imaginar el navío francés perdiéndose en el fondo del mar, sin embargo, una voz lo sacó de sus pensamientos.
- Ni siquiera lo pienses Inuyasha- dijo una voz de mujer que se deslizaba por uno de los veleros.
Inuyasha ubicó toda su atención hacia la chica y lanzó un garfio hacia el velero más cercano y se abalanzó llegando a la cubierta del navío francés para platicar con la princesa frente a frente.
- ¡¡Largo de este navío!! – gritó el capitán temeroso.
El peli-plata sonrió y se acercó a la joven provocando lo atacara uno de los tripulantes. El sonido de dos cuchillas silbó en el oído de la princesa; la espada del inglés resistió el ataque y, al mismo tiempo, sostenía a la doncella con el otro brazo por la cintura apegándola a su cuerpo.
- Ten cuidado. – dijo con una sonrisa sarcástica - Pudiste lastimar a la princesa. – agregó con un toque de ironía en su voz.
Su socarrona sonrisa impacientó a Sango quien sustrajo de su corsette una pequeña cuchilla para raspar el cuello del pirata.
- ¿Qué es lo que desea Monsieur Taisho?- preguntó la chica sonriente.
En un rápido movimiento, Inuyasha retiró la cuchilla de su cuerpo junto con la joven. Después intentó atacarla con su espada para herir su pecho, pero fracasó. La princesa saltó hacia atrás y se dispuso a devolver el ataque con la espada que arrebató a uno de los soldados navegantes. Aquella parecía una coreografía para los tripulantes de ambos barcos. La princesa agredía al joven inglés quien disfrutaba esquivando los ataques de su digna oponente. Ambos se detuvieron por un instante y todos notaron las gotas de sudor rodar por el escote de la princesa. Inuyasha se encontraba en la misma situación, su aliento apresurado delató su cansado cuerpo.
- No respondiste mi pregunta, pirata ¿Qué quieres de este navío? – pregunto la doncella con voz entrecortada.
- He venido por que requiero de tus servicios- respondió con tranquilidad aun sin bajar la guardia conservando su semblante déspota.
- La princesa Sango no es ese tipo de mujer- contestó el capitán un poco indignado.
- No se preocupe, mujeres que cumplan esos servicios sobran – comentó guardando su espada aun manteniendo su característica sonrisa.
- ¿Qué clase de servicios? – preguntó mirándolo con curiosidad.
- Eres la única persona que puede ayudarme a robar el tesoro más preciado de Francia – dijo mientras acercaba peligrosamente su rostro al de la joven monarca – Sé quién eres y también tu vocación, a mí no me engañas, princesita...
La princesa sonrió despreocupada y se acercó nuevamente al pirata inglés.
- Te equivocas de persona, vete y olvídate del French Blue- guardando la navaja en su corsette.
- No es el diamante de tu madre lo que deseo... deseo a tu hermana...- aseguró sonriendo ampliamente – ella es el tesoro más importante de Francia por ahora...-
- ¡¿Cómo te atreves?!- alegó la muchacha intentando abofetearlo.
- Ya lo sabes...- expuso el peli-plata deteniendo el golpe – la princesa Kagome debe casarse cuanto antes, ya que tu padre ha envejecido, Francia necesitará un nuevo rey y ese seré yo – afirmó apretando la muñeca de Sango.
- Estás completamente loco si crees que te ayudaré, Taisho – lo contradijo quejándose un poco por el dolor ocasionado.
- ¡Suéltala! – exigió el capitán.
Los soldados que protegían a la princesa desenvainaron sus espadas. Pero los piratas se lanzaron hacia el navío para proteger a su capitán. El eco de las espadas sonaba alrededor de Inuyasha y Sango quienes se miraban a los ojos atentamente esperando el ataque del otro.
- No estoy aquí para batallar, sólo necesito tu respuesta.
- Te ayudaré, pero antes dime ¿Qué sabes de mí?
- No considero prudente decirlo frente a tus súbditos. – aseguró mirando al capitán del navío.
- Qué importa si se enteran, morirán ahora mismo. – aseveró la joven mirándolo a los ojos con ironía en su voz.
El capitán del navío prestó atención a la plática cuando escuchó lo que su princesa había dicho.
- Sé que tú eres dueña del barco pirata S&M, y no te casaste con Miroku por que estás enamorada de alguien más, alguien que también es de Francia, el que robó tu corazón, pero ni siquiera lo sabe, Kouga.
Al escuchar el nombre de la persona que amaba, Sango no logró articular palabra. Sabía sobre su dolorido pasado. Era increíble, ni siquiera su hermana estaba al corriente sobre de su vida. Entonces recordó aquel día cuando ella y Miroku disfrutaban de su cita en España...
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Amor prohibido
FanfictionHe decidido subir varias historias ya terminadas de hace muchos años. Mi narrativa cambió bastante creo yo, pero no cambiaré esta historia ya hecha. Espero la disfruten. En un mundo donde la monarquía aún existe, se lleva a cabo una historia de amor...