VIII

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En la habitación de los futuros reyes de Francia la consumación de su matrimonio se llevaba a cabo. A comparación de su hermana, Sango conocía más sobre los hombres. Miroku sonreía ante el cuerpo desnudo de su ahora esposa antes de regalar caricias y besos en la piel de la princesa. Los dedos del moreno apenas tocaban a la francesa quien apretaba las sábanas ante los calientes besos que el español depositaba en su cuerpo. Sango rodeó con sus brazos el cuello del príncipe y lo besó apasionadamente para aumentar aún más el calor en ambos. La cara del ex-pirata se mostró satisfecha cuando tomó las caderas de la joven y sus partes íntimas rozaban una contra otra. Esto pareció agradar a la francesa pues sus gemidos se intensificaron conforme al tiempo que los movimientos aumentaban su velocidad. La francesa sostuvo con firmeza la espalda del moreno cuando sintió a su esposo entrar dentro de su cuerpo, lo hizo con delicadeza, pero eso no impidió el dolor ante la pérdida de su castidad. Ambos permanecieron inmóviles durante unos segundos, pero el español deseaba más de su mujer; deseaba escucharla gritar su nombre, deseaba verla disfrutar ese momento, pero lo que más deseaba era demostrarle su amor esa noche de bodas.

La joven sintió cómo el ex-pirata se movía suavemente fuera y dentro suyo, el dolor se marchó y el placer por tener a Miroku como amante esa noche invadió su mente. A pesar de todo, su deseo se volvió realidad; aquella noche cuando se volvió un pirata y sus caminos fueron separados la princesa pidió un deseo: quería una noche de pasión con Miroku. Su deseo cumpliría tres años después; sin embargo, su segundo deseo aún no se cumplía y eso realmente llegaba a entristecerla.

Los movimientos bruscos de su esposo sacaron a la princesa de sus pensamientos de tal modo que Sango comenzó a gritar el nombre del príncipe constantemente. Los sirvientes satisfechos se alejaron de la habitación para dar noticia a sus reyes de lo ocurrido. Miroku comenzó a sudar y la joven sostuvo con sus uñas la espalda del español provocando pequeñas cortadas. Las heridas comenzaron a arder por causa del sudor, la voz de su princesa sonaba cada vez más sexy y el deseo por derramar su esencia dentro de la francesa motivó al castaño a moverse sensualmente sobre su amada. El clímax llegó en ambos al mismo tiempo derrumbando así sus cuerpos en la cama para recuperar el aire perdido entre suspiros, jadeos y gemidos constantes. El ex-pirata miró curioso los ojos de su mujer y notó cierta tristeza en ellos, lo ignoró por completo y abrazó a la joven en señal de propiedad.

- La amo mi princesa – dijo mientras entrelazaba sus manos con las de Sango.

- Lo sé... - respondió la joven entre suspiros – lamento no corresponder sus sentimientos.

- En ese caso, prometo luchar para ser correspondido – sonrió a la francesa abiertamente.

- Pierdes tu tiempo Miroku- miró el techo – a quien amo jamás dejaré de amar.

- Entiendo... - la miró fijamente – pero yo soy tu esposo.

Dicho esto, besó a Sango para continuar esa inolvidable noche de bodas. La culpa carcomía el corazón de la princesa así que no se negó a entregarse varias veces al español. Era ya media noche y las gotas de lluvia golpeaban la ventana acompañadas de truenos y relámpagos, la francesa agradeció el ruido de la tormenta ya que opacaba los sonidos que surgían de su boca ante las caricias de Miroku.

De este modo la consumación de ambos matrimonios se cumplió sin problemas, al fin las princesas serían responsables de su reino y formarían un nuevo imperio.

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Al día siguiente los reyes otorgaron el poder a Sango y Miroku de manera secreta, pues el pueblo comenzaba a levantarse en armas y después de la ceremonia en el salón de baile huyeron del palacio por un pasadizo secreto. Al atardecer, los cuatro jóvenes caminaban en los jardines del palacio. Inuyasha mantenía su oposición ante la creación del sistema democrático en Inglaterra, a pesar de los comentarios positivos por parte de su cuñada y concuño, él no se retractaría. La situación cambiaría para Francia y España, pero Inglaterra perduraría como un país monárquico. El paseo fue interrumpido por los otros dos líderes de "Le mosques" para dar a conocer el reporte sobre la emboscada contra de los actuales reyes de Francia.

Amor prohibidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora