El pirata salió un momento del salón y recordó con detalle las palabras que había dicho al francés antes que la fiesta diera comienzo.
- Es increíble que quieras casarte con la hermana de la mujer que amas- dijo el inglés a Kouga molesto.
- Este no es asunto tuyo Inuyasha- miró al cielo mientras sonreía- sabes bien que Sango no me corresponde.
- Si fuera tú no estaría tan seguro. Dime Kouga ¿caerás tan bajo al casarte con Kagome sólo para estar cerca de Sango?
Kouga fijó su mirada en el oji-ámbar mientras sentía su cuerpo arder ante la furia de su impertinencia, sin embargo, tenía razón. Él no amaba a la princesa menor sino a Sango.
- Tienes toda la razón – agachó la mirada- soy un estúpido.
- Esa no es la única razón por la cual pienso que lo eres – sonrió – deberías decirle lo que sientes.
- ¿Desde cuándo te interesan las cosas relacionadas con el amor? – preguntó y lo miró con atención.
- Desde que me enamoré – respondió y sonrió a Kouga con un rostro lleno de sinceridad.
Ambos permanecieron callados durante unos minutos hasta que Miroku, quien salía del palacio, se acercó a ellos con una amplia sonrisa.
- ¡Amigo Taisho! – vociferó el pirata – ¡qué gusto verte!
- Lo mismo digo Miroku – correspondió la cortesía regalándole una sonrisa llena de sarcasmo – me informaron que te alejaste de la piratería hace más de un mes, ¿qué sucedió?
- Pronto sería rey de Francia así que... – dijo mirando al francés con burla – decidí dejar mi vil y sucia apariencia para no perjudicar el linaje de mi princesa.
- Vaya... me sorprende que recuerdes esas palabras – señaló Kouga con una sonrisa melancólica.
- Jamás olvidaría los detalles del día en el cual mi mejor amigo intentó llevarse a mi verdadero amor.
Inuyasha miraba con atención a ambos y se limitaba a escuchar sonriendo ante la incómoda situación. Después de todo Miroku se convertiría en el esposo de Sango y nada podría impedirlo ni siquiera el gran amor que el peli-negro sentía hacia la princesa mayor.
- Me dijiste que no la amabas – reprochó Kouga apretando sus puños - ¿acaso mentiste?
Miroku miró hacia el salón donde se llevaría a cabo la fiesta de máscaras y suspiró.
- Era la verdad – declaró al francés con seriedad – jamás te mentí.
El francés no respondió y prefirió esperar los detalles de aquella declaración.
- Cuando la mirabas sentía celos, pero no los suficientes. En esos momentos mi corazón le pertenecía a otra mujer – explicó al tiempo que se sentaba al borde de la fuente – no me di cuenta de mis verdaderos sentimientos hacia Sango hasta que nos separamos para seguir nuestro camino como piratas.
- Yo la amé desde el primer momento en que la vi– declaró a Miroku con furia – no tienes derecho a separarla de mi.
- Tienes razón Kouga – interrumpió la plática el peli-plata y se acercó hacia los jóvenes – él no tiene derecho a separarla de ti, pero te recuerdo que fuiste tú quien la alejó. Es mejor que te enteres ahora, me llevaré a Kagome a Inglaterra y yo seré su esposo.
- ¡No puedes hacerlo! - reclamó con disgusto.
- ¡No permitiré que utilices a Kagome para estar cerca de su hermana! – enunció con furia el joven inglés dando una mirada desafiante al peli-negro – Es absurdo.
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Amor prohibido
FanfictionHe decidido subir varias historias ya terminadas de hace muchos años. Mi narrativa cambió bastante creo yo, pero no cambiaré esta historia ya hecha. Espero la disfruten. En un mundo donde la monarquía aún existe, se lleva a cabo una historia de amor...