𝟕.

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7.- Pelea.

—Siéntete tranquila, tu madre no está.

Fuí a sentarme frente a mi padre en la mesa de la cocina, mi padre era la persona menos sería del planeta, incluso en situaciones que ameritaba una actitud ejemplar, papá solía hacer bromas, pero ahora, estaba completamente serio mirándome fijamente.

—¿Era tu novio?

—¿Qué? No, es el amigo con quién tuve que hacer el trabajo de literatura.

—No tiene nada de malo que tengas novio, hija.

—De todas formas, no lo tengo.

Jugó con sus manos nervioso y siendo incapaz de mirarme a los ojos ahora— Hari ¿Te sientes cómoda conviviendo con tu madre?

—Creo, convivo con ella todo los días.

—No cariño, me refiero si es fácil y cómodo para ti hablar con ella sobre tu día, leer juntas un libro, salir al parque a comprar ropa, lo que sea, hacer algo juntas, a eso me refiero.

Un silencio perduró por un rato, no me habia dado cuenta cuál era la última vez que había hecho algo por el estilo con ella y además, la última vez que me sentí cómoda haciéndolo.

—Tendría que decir que no, en ese caso.

—Tu madre y yo tuvimos una discusión la otra mañana ¿Lo recuerdas? — asentí — Le dije a tu madre que, había reprimido tanto tu opinión porque ella siempre tomaba las decisiones importantes, que dejaste de compartirle cosas sobre tí.

Bajé la mirada, sabiendo que sí, desde que me prohibió ir al psicólogo, hablar con ella era suficiente para fastidiarme.

—No me creyó hasta apenas ayer, en dónde evitaste si quiera evitaste sentarte con ella.

—¿Cuál?... ¿Cuál es el punto? No quiero tener esta conversación si terminará en que debo comprender a mi mamá aunque ella no quiera comprenderme a mí y entonces, todo siga igual hasta que ella vuelva a explotar.

Papá se quedó callado ante lo que dije.

—La primera vez que creí que mamá al fin había entendido que necesitaba ayuda, fue a los trece, en serio lo creí... Tengo dieciocho ahora, no creo poder creer en eso de nuevo.

—Trataré de hablar con ella lo más que pueda, estoy intentando ayudarte, para que tanto tu madre como yo te apoyemos, me duele verte cansada y sé que en el fondo, ella también lo nota y le duele.

—¿Qué debo hacer entonces?

—Esperar a qué tu madre lo entienda.

Suspiré con frustración, era siempre dar vueltas en círculo, sin un inicio ni un final. La puerta se abrió cuando iba a responder, mostrando a mi madre regresando de su trabajo.

—Buenas noches, Hari ¿Te quedarás a cenar hoy?

—... Sí.

¿Tenía sentido protestar? Todo terminaría igual, lo sabía.

(...)

—Hari ¿Me ayudas a lavar los platos?

Nishimura ¿Llegaste bien a tu casa?

No te preocupes Hari,
Todo bien :)

¿Ya vas a dormir?

Reír fue un buen ejercicio, estoy
totalmente cansada.

Hacerte reír para que duermas
temprano, anotado ✓

𝗜𝗻𝘀𝗼𝗺𝗻𝗶𝗼  ||  𝗡𝗶𝘀𝗵𝗶𝗺𝘂𝗿𝗮 𝗥𝗶𝗸𝗶Donde viven las historias. Descúbrelo ahora