𝗜𝗻𝘀𝗼𝗺𝗻𝗶𝗼 || 𝗡𝗶𝘀𝗵𝗶𝗺𝘂𝗿𝗮 𝗥𝗶𝗸𝗶

𝟏𝟑.

13.- Agallas.

Marqué en el calendario justo el día que más había estado esperando.

Mi primera cita con el psicólogo.

Papá había contactado a un viejo amigo que estuvo dispuesto a ayudarlo, dijo que reduciría el costo de la consulta, aunque papá le prometió pagarle lo que debía cuando tuviera la oportunidad.

—¿A dónde vas Hari? Has estado saliendo mucho

—Ash llegará por mí, me invitó al cine.

—No me has pedido permiso.

—Papá dijo que está bien, además puedo recordarte diciendo que debería salir y ser una adolescente normal, eso estoy haciendo.

—No hace falta que estés tan a la defensiva, pero está bien lo que sea que hagas, mientras que no descuides tus sesiones de estudio. 

Claro, las "sesiones de estudio" que es mi tiempo de trabajo en la cafetería, aunque a fin de cuentas estoy compensándolas con mis horas de sueño, como siempre.

—No es algo que deba preocuparte.

Ambas escuchamos que alguien tocando la puerta, yo abriendo de inmediato encontrando a Ash, viéndome feliz, supongo que está contenta de que al fin esté haciendo lo que necesito.

—¿Nos vamos?

—Sí.

—¡Nos vemos señora! Prometo regresarla sana y salva.

—Está bien, vayan con cuidado las dos.

Ambas salimos buscando la dirección del psicólogo, Ash conocía mucho mejor la ciudad que yo, así que yo sólo daba las indicaciones, mientras que ella me decía por dónde caminar. Recibí un mensaje que de inmediato, me hizo sonreír.

Ni-ki (Pato)

Me hubiera gustado acompañarte al
psicólogo, pero está bien, no te
pongas nerviosa, recuerda que la
meta es poder dormir, entonces
vale la pena.

Te quiero<3

Yo también te quiero<3

Hablar así con él va a hacer que ignorar mis sentimientos sea más difícil y me asusta pensar que cada vez, me importa menos.

—¿Cuando vas a aceptar que te gusta?

—No sé de qué hablas.

—... Hari, no me haz querido contar mucho sobre por qué odiabas a Ni-ki.

Me quedé callada al sentir una punsada en el pecho ante el recuerdo, había olvidado un poco la razón por la que he insistido tanto en suprimir mis sentimientos por Ni-ki.

—Porque no es necesario, Ni-ki ya no es ese Ni-ki, y en realidad no había muchas razones para odiarlo.

Más que mi orgullo, por supuesto.

—Hari...

—Hacía bromas molestas junto con Jeong, pero Jeong siempre fue el más estúpido y cruel.

—¿Qué tan cruel?

Ahs me miró con preocupación mientras tocaba la puerta del consultorio, creo que olvidé que jamás le había dicho quienes me molestaban además de Ni-ki, mucho menos cuando me confesó que le gustaba Jeong.

—No es impor...—Me quedé callada, pensando—... Me escondía en el baño a llorar durante horas después de alguna de sus bromas, incluso alguna vez, mucho antes, cuando éramos niños, él...

—¿Han Hari? Ven pasa, llegaste justo a tiempo—Me interrumpió el que sería mi psicólogo, me despedí de Ahs y ella tan sólo me abrazó susurrando "Voy a matarte por no haberlo dicho antes, te quiero."

En realidad, nunca me había dado cuenta de que evitaba hablar mal de Jeong, lo protegía ante cualquier pensamiento de manchar su imagen por no tener el valor suficiente, me llamé imbécil mentalmente por hacerlo.

(...)

Mi primera sesión había terminado, caminaba hacia mi casa con calma para darle tiempo a mi ojos para no estar tan rojos e hinchados.

Jamás había llorado tanto en mi vida y eso me cansó de sobre manera.

Resulta que suelo suprimir mis sentimientos, cosa que ya había notado, pero nadie me había dicho a la cara de forma profesional que ese mecanismo de defensa era muy autodestructivo para mí, tanto así que sólo necesite hablar un poco más sobre mi relación con mi madre para soltarme a llorar.

Marcos, el psicólogo, me dijo que probablemente había soltado no sólo la tristeza que me provoca el llevarme mal con ella, si no todo aquello que me produjo dolor en algún momento y no me permití mostrar.

Lo llamó "Una bomba" y que si la idea de llorar frente a otros me molestaba, no me iba a gustar cuando explotará, por eso tenía que trabajar en saber cómo procesar mis emociones en lugar de evitarlas.

Suprimir, procesar, evitar. Todo sonaba demasiado técnico para mí, estaba segura de que el proceso para al fin dormir, iba a ser largo.

Sobre todo cuando la primer tarea fue manifestar mi desagrado por la elección de mi madre en hacerme estudiar contaduría, dijo que debía definir quién era primero y que quería, hasta entonces, no podía dejar que alguien más tomara una decisión tan importante para mí, pero no tengo las agallas suficientes.

¿Descubrir quién era yo primero? Fácil, una cobarde, eso era.

(...)

Tres de la mañana.

Eso fue lo que mostró mi teléfono cuando m desperté en medio de la madrugada. Ese recuerdo de Jeong y yo de niños se había quedado dando vueltas en mi cabeza.

El lodo, sus gritos, su mano...

Dios, deja de recordar estupideces Hari.

Mis ojos se quedaron viendo directamente al techo, igual que las otras tantas noches, cerré los ojos tratando de concentrarme en mi respiración para poder dormir nuevamente, cuando una notificación me hizo abrirlos nuevamente.

Ni-ki (Pato)

No debería hacer esto, porque
sé que necesitas dormir, pero
necesito hablar con alguien

... ¿Qué?

Tuve una pesadilla y... Bueno

Estábamos tú y yo en la escuela
volvías a desmayarte, pero esta
vez no sentía tu pulso y...

¿Es ridículo que esté llorando?

Hari, prométeme que estarás bien
y que harás lo necesario para
avanzar con el psicólogo, por favor

Te quiero ¿Ok? No es necesario que
respondas

Una presión en mi pecho se instaló al terminar de leer los mensajes de Ni-ki, las lágrimas se acumularon y por primera vez, salieron sin que intentará detenerlas, no lastimé mis labios como siempre, tratando de distraer a mi cabeza de mi tristeza con el dolor. Sólo lloré.

Te prometo que haré lo
posible por mejorar.

Yo también te quiero Ni-ki

Y sé que no sabes por qué,
pero gracias, te debo una.

Dejé de lado el teléfono, limpiando mis lágrimas y prometiendome a mi misma que mañana le diría a mi papá que no quiero estudiar contaduría.

Sigo siendo una cobarde por no decírselo a mamá primero, pero al menos ahora tengo el valor suficiente de decírselo a papá.