Capítulo siete.

515 60 45
                                    

Capítulo siete.

- Así que el iPod ¿Eh?, por supuesto que lo conozco. - comentó Rubén.

- Oh sí, la idea se me ocurrió estando en la ducha con mi querido esposo. - respondió Borja, mientras se acercaba para abrazar a Raúl y éste hacía unos sonidos raros.

- Ya... pero bueno, ¡Que bonita carpa tienen! - Rubius intentó cambiar de tema con una mueca de incomodidad en su rostro.

- Ay sí, como mi piel es tan blanca, no puedo broncearme, por eso mi Luzu alquiló una para mi. -

- Ya pero, es de noche. - respondió Rub con una ligera confusión.

- Así es, pero estamos en Hawaii, uno nunca sabe. - contestó Auron con una sonrisa.

- Si pero, te refieres al reflejo de la luna o ¿Qué? - preguntó el peliblanco aún más confundido.

- Ay que gracioso calvo, por cierto, te ves espectacular eh. - respondió. - Y que bueno que te arreglaron los dientes, me acuerdo que parecía como si te faltara uno. - comentó sonriente.

- Oh y tú eres el mismo tóxico que recordaba. - respondió Rubén con una falsa sonrisa.

- ¡Rata! Casi me olvido de contarte, ¿Te acuerdas de Nieves? La de pelo naranja que siempre iba contigo. - Rubius asintió intentando recordarla. - Bueno, pues resulta que la he visto hace un tiempo... ¡La pobre ya está divorciada y con un hijo! - continuó. - ¿Puedes creerlo? Ahora como madre soltera es una desastre, ¡Encima el niño se llama Brayan! - Rubén lo miró mal. - Pero bueno, ¿Tú tienen esposo? - terminó preguntando, haciendo que el ambiente se volvía más incómodo de lo que ya era.

- ¿Yo? Oh sí, claro que sí, solo que se me pasó presentarlo. - decía mientras abrazaba a Samuel por los hombros. - Es él, Samuel de Luque, vaya apellido, ¿Eh? ¿A que es la hostia? A mi me encanta. - terminó de decir con una sonrisa nerviosa.

- ¿Cómo? - Vegetta preguntó en su oído.

- Si quieres que me quede, debes seguirme la corriente. - contestó Rubius entre dientes.

- Oh sí, así que ¿Auron? Creo que hablé de ti con mi esposo en el baño algunas veces. - intentó bromear mientras estrechaba su mano con la de Raúl.

- Entonces compañero, ¿A qué te dedicas? - preguntó Luzu queriendo unirse a la conversación.

- Oh yo también soy inventor si, yo inventé a... ¡Lobo Nogtugno! - gritó de la nada asustando entre risas a los presentes.

- Ya en serio cariño, tú eres cirujano, cirujano plástico. - respondió Rub mirando a Borja.

- Pero mira nada más. - Auron se notaba un poco sorprendido.

- Oh sí, en verdad gané la lotería con él. - comentó. - Pero bueno que gusto verlos, en verdad, debemos irnos, los niños nos están esperando y... - Raúl lo interrumpió.

- Espera un minuto calvo, ¿Tienen hijos? -

- Eh sí, así es, tenemos dos, lo que pasa es que nos emocionaba la idea de tener un heredero. - respondió el ojiverde mientras volvía a abrazar a Samuel.

- Y de hecho, ambos pensamos en tenerlos mientras estábamos en la ducha. - agregó el castaño, a la par que tomaba a Rubén por la cintura acercándolo a él.

- Oh, ¿Y están juntos hace mucho tiempo? - Raúl volvió a interrumpir.

- Claro que sí. - respondió Samuel. - ¿Cómo podría dejarlo? Si es lo mejor que me ha pasado. -

Un esposo de mentira.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora