Capítulo nueve.

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Capítulo 9.

Como bien había mencionado Akira la noche anterior, hoy iba a ser un día dedicado solo a "padre e hijos", por ende Samuel no tuvo mejor idea que llevar a los chicos a un campito de golf, claro que no solo a jugar, sino también para aprovechar a sacar unas lindas fotos y así tener pruebas de que él era un maravilloso padre.

- Muy bien, ¡Hemos llegado! Todos fuera, ahora. - dijo Samuel a la vez que estacionaba el carrito en el que iban.

- ¿Qué vamos a hacer? - preguntó el más pequeño.

- Bueno, Akira olvidó su cámara en la habitación, así que quiero darle una sorpresa cuando vuelva de el SPA con Doblas. -

- ¿Por qué llamas al viejo por su apellido? - preguntó Quackity con curiosidad.

- La verdad no sabría decirte, él comenzó a llamarme de Luque y yo comencé a decirle Doblas, solo quedó supongo, es algo nuestro. - Samuel intentó explicar, pero ni él sabía muy bien el por qué.

- Pero una cámara robada no es una buena sorpresa. - intervino Titi volviendo a la conversación inicial, sonaba confundido.

- Oh no, va a ser unas fotos de nosotros divirtiéndonos, para que vea que la pasamos bien juntos y todo eso. -

- Ya... olvidé tirar de la cadena en el baño del hotel, así que tendrá dos sorpresas al volver. - comentó Titanicus distraído.

- Eso es asqueroso Titi, sin duda nadie hace más que tú. - respondió Vegetta con asco, a la par que configuraba la cámara. - Bien, esto debería tener un temporizador o algo así, tomen sus palos y sonrían a la cámara. -

Luego de esas tomaron un par de fotografías más, algunas con poses graciosas como Quackity cayendo o Titi siendo golpeado con el palo.

- ¡Bien! Ahora hagamos una en la que se están riendo por un chiste que hice. - pidió Samuel. - Soy un padre divertido, si, nos reímos siempre. -

- ¿Por qué nos reímos siempre? ¿Acaso nos pasa algo? ¿Tenemos problemas? - preguntó el pequeño con toda la inocencia del mundo.

- No no, solo se ríen y ya. - contestó Vegetta.

- ¿Podríamos descansar y hacer algo divertido? -

- No, no vinimos a hacer nada divertido, solo fingiremos ser felices, ¿De acuerdo? - respondió. - Ahora miremos a la cámara. -

- No te preocupes rey, con nuestro otro padre verdadero, tampoco nos divertimos. - habló Quackity, logrando hacer sentir un poco mal al mayor.

- Ya macho. - comentó pensativo. - ¿Qué os parece si le enseño a nadar a Titanicus? Antes de que su papá vuelva de "su día de SPA" en unas horas. -

- ¿Eso es posible? - preguntó el pequeño con todo de sorpresa.

- Lo es chiqui, pero antes debemos sacar un par de fotos más, ¿Vale? -

Ambos asintieron y recrearon las escenas que Samuel quería retratar en aquellas fotos, cabe aclarar que Quackity casi le pega en la cabeza a su hermano, pero fue un pequeño detalle nada más.























(...)























Los tres se encontraban nuevamente en el hotel, pero ésta vez en la piscina, Samu cumplió lo que prometió y le iba a enseñar a Titi cómo nadar, así podría estar con los delfines.

Un esposo de mentira.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora