Un esposo de mentira.

Capítulo cinco.

Capítulo cinco.

Pasados unos minutos en los que Samuel y Alexis volvían a la mesa, un amable mesero les alcanzaba la comida.
Rubén pidió su comida favorita, una hamburguesa con patatas fritas, Alex pidió lo mismo, Titanicus quiso una pizza la cual compartió con Samuel y Akira.

Al momento de comer, Rubius observaba con orgullo como su hijo mayor comía, mientras que el pequeño Titanicus por el momento solo disfrutaba de su jugo de limas con tranquilidad, parecía ido en sus pensamientos.

En un momento Samu se dió cuenta que faltaban servilletas y mientras se disculpaba por levantarse de la mesa, fue en busca de ellas.

- Entonces Titi, dime, ¿Qué cosas te gustan? - se atrevió a preguntar Akira con una leve sonrisa, haciendo que el pequeño levantara la cabeza para responder.

- No lo sé. - respondió. - Muchas cosas supongo. -

- Vamos cariño, responde anda. - Rubén decidió intervenir ante la mirada triste de la chica.

- Es solo que, tal vez esté molesto. -

- ¿Qué sucede? ¿Te duele algo? - preguntó Rub bastante preocupado, a lo que el pequeño negó.

- Titi, ¿Estás molesto porque salgo con tu padre? - esta vez la pregunta vino de Akira.

- No, no es eso, papá es feliz contigo y eso me hace feliz, solo me molesta que deje de cumplir sus promesas. - respondió un poco avergonzado.

- ¿Cuál promesa? - Akira sonaba confundida.

- Si, ¿Cuál promesa, hijo? - preguntó Rubén un tanto enojado.

- Es que... hace un tiempo prometió llevarnos a Hawaii, hasta dijo que podríamos nadar con delfines, pero de un día para el otro canceló el viaje. - la voz de Titi sonaba entrecortada.

- ¿Por qué Sam haría algo como eso? - la voz de la chica sonaba preocupada al notar como la de el menor se quebraba.

- Por ti. -

Al sentir la presencia de Vegetta, Titanicus agachó la mirada, mientras Akira miraba al mayor con enojo, el cual apenas regresaba de buscar las servilletas y pudo aunque sea escuchar el final de la conversación.

- ¿Es eso verdad Samuel de Luque? - inquirió la rubia.

- ¿Qué? No, no... - Samuel intentó defenderse, pero el grito de Alexis lo interrumpió.

- ¡Muere! - gritó el joven mientras abrazaba a su hermanito.

- Esperen un segundo, Titi me entendió mal. - decía mientras miraba al pequeño. - Lo que quise decir es que todos deberíamos ir juntos, ya que me emociona la idea de viajar en familia. - Rubén no pudo evitar mirarlo con enojo. - Es más, ¡El viaje podría ser este mismo fin de semana! - siguió. - Así que... ¡Iremos a Hawaii! - concluyó con una falsa sonrisa.

(...)

Luego de ese pequeño "mal entendido", los chicos jugaron toda la tarde a las diferentes atracciones del lugar. Pero había alguien que estaba por demás nervioso, Rubén no dejaba de mirar a Samuel intentando hablar con él, solo que al estar Akira, no pudo encontrar momento.

Rubius no estaba para nada seguro de ese viaje, Vegetta no podría llevarse a los niños él solo, no era nada de ellos, por ende tendría que ir también al viaje, tampoco sabía cómo iba a hacer Samuel para planificar el viaje en tan solo un día, eran demasiadas cosas y el viernes tendrían que volar a Hawaii.