***Abro los ojos, lo primero que recuerdo es el suelo húmedo, el cielo nublado y el fierro helado en la palma de mi mano.***
Zureima decide aceptar un empleo fuera del país, sabe que existirán retos mas no imagina la magnitud de los mismos. Rodeada...
Mi nombre es Zuri, soy de Los Ángeles y estoy en Europa.
Es lo que repito en mi cabeza una y otra vez intentando recuperar la conciencia.
El olor a cloroformo se desvanece poco a poco, pero no logro abrir los ojos.
Acaso Daniel tenía razón?
Victoria me traiciono?
Me pregunto por qué me encuentro en esa situación, que querría conmigo el Jefe de la mafia más poderosa de Italia. Todo es tan confuso. Confuso y doloroso.
Escucho a dos hombres hablar, pero no distingo sus palabras, entonces me percato de que hablan italiano, pero hablan demasiado rápido, solo escucho que mencionan a los Rinaldi y a Skyler.
Quieren ir tras ella.
Mierda, debo advertirle.
No.
Ella me traiciono.
"Zureima, puedes dejar de pretender que sigues dormida" Escucho una voz ronca decir.
Estoy temblando de miedo, no quiero abrir los ojos. Siento una guerra de sentimientos dentro de mí, no quiero que le pase nada a Victoria y tampoco quiero que lastimen a Daniel, talvez deba advertirle a él.
Me siento tan vulnerable, me pregunto como podre advertirle si estoy encerrada aquí.
No sé cuál será mi destino, no sé si las historias de tratado de mujeres, violación y asesinatos sean verdad y tampoco sé cuál de esas cosas me toque vivir.
Me quiero aferrar a la esperanza de que Victoria tenga un plan, que todo esto sea un malentendido.
"Zureima..."
Entro en pánico, no siento nada de mi cuerpo excepto la cara.
Como pudo dejar Victoria que me hicieran esto?
"Necesito hablar contigo"
Me niego a abrir los ojos, sé que al hacerlo empezará mi pesadilla, pero no tengo opción.
Abro los ojos y me encuentro con un hombre canoso sentado al lado de la cama.
Estoy en una cama.
Cuanto tiempo estuve inconsciente!?
Entonces la cruda realidad cae sobre mí.
Daniel tenía razón.
Victoria me traiciono. Aun sabiendo de lo que Joseph es capaz de hacerme, me entrego.
Siento una punzada en el corazón y en el estómago. Mis ojos se llegan de lágrimas y no es de miedo, sino de dolor. Victoria, la persona que amo, me entregó.
"Por qué?" Es lo único que puedo decir, no se si la pregunta es para él o para Victoria, pero necesito saber por qué estoy aquí.
"Esa es una buena pregunta" Dice el hombre.
Es un hombre mayor, de personalidad muy imponente, es alto, delgado y de barba blanca. Debe ser Joseph.
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