Un momento familiar

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El ambiente festivo se respiraba en la fiesta para los niños del kinder, y no era para menos. El personal había hecho un enorme esfuerzo para que la decoración fuera simplemente perfecta. Guirnaldas navideñas colgaban de paredes y techos junto a falsos copos de nieve y algunas lámparas de papel para mantener las tradiciones. Algunos muebles se habían movido para poner una mesa en cada salón, está repleta de bocadillos dulces y salados junto con bebidas calientes de la temporada. Las mesas donde usualmente los niños trabajaban en sus dibujos y prácticas de vocabulario estaban cubiertas por manteles festivos que, como una especie de milagro, el material de plástico no se veía nada mal, cumplía la doble función de verse lindo pero también ser funcional.

Algunos padres ya ocupaban algunas de las minúsculas sillas, por cuestiones de dejar un espacio suficiente para interacción entre padres e hijos no había sido posible acomodar sillas para adultos por lo que los padres tendrían que aguantar el dolor en las rodillas y la pena al momento de intentar levantarse.

Más de la mitad de las familias que se esperaba que asistieran al evento ya habían llegado, los niños jugaban alegremente con sus amigos en el área de juegos, bien cubiertos con sus abrigos para evitar enfermarse mientras que sus padres charlaban con otros padres o con las profesoras.

Sin embargo las conversaciones cesaron ante la llegada de cierta célebre familia.

Cada uno de los integrantes atraía la atención por sí mismos. En primer lugar estaba la más joven, Lan ShiYun. Conocida como la alumna más inteligente del kinder al haber alcanzado un dominio de los caracteres básicos y del pinyin a una temprana edad, su talento de tocar el guqin además de destacar en los deportes. Pero fuera de lo curricular, ShiYun contaba con un gran carisma, era amiga de casi todos los niños de su clase pero también de otros salones y las profesoras hablaban maravillas de ella.

Después estaba Lan Sizhui, un trabajador de alto rango en una empresa de prestigio quien todos los días llevaba a su hija a la escuela, jamás se perdía ninguna junta de maestros ni festival en el que su hija participara además de siempre tratar con amabilidad a los profesores y otros padres. Y por supuesto, era un hombre muy apuesto. Su presencia derretía el corazón de las profesoras, quienes suspiraban ante tal hombre tan devoto y les devolvía la fé en la existencia de hombres buenos y decentes.

Finalmente estaba Jin Ling, quien además de admiración era objeto de envidia por parte de muchas madres y padres no solo por su vida perfecta, también por su apariencia. A pesar de tener una niña que irradiaba energía, no había día en que Jin Ling no se viera fabuloso, aunque el resto no sabía de las rutinas que seguía casi religiosamente. Jin Ling no solo era una cara bonita, y todos lo sabían, antes también había sido parte de una importante empresa pero ahora se dedicaba a tiempo completo a su hija, un trabajo también bastante complicado.

Ambos padres sostenían una mano de su hija, mientras que en sus manos libres cada uno llevaba una bolsa con los elementos que les habían pedido para ese día.

—Buenos días, ShiYun, señor Jin y señor Lan.—saludó una profesora asistente con una gran sonrisa y ojos centelleantes de interés.

Así que a esto se refería YunYun. Pensó Jin Ling con una ceja alzada, no podía creer que literalmente Sizhui estaba al lado de su hija y esposo pero algunas profesoras aún se atrevían a dejar ver su entusiasmo por el pelinegro.

Es decir, comprendía un poco que no pudieran dejar de verlo ya que ese día Sizhui se veía bastante bien. Algo tan básico como una camisa de cuello alto y un abrigo marrón con solapas que Jin Ling había elegido le hacían verse aún más atractivo. Sin embargo no había esperado que las profesoras ni siquiera intentaran esconder su interés.

Un deseo de navidad - ZhuilingDonde viven las historias. Descúbrelo ahora