Una verdad

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Aunque ambos prometieron poner todo su esfuerzo para que aquellas fiestas navideñas fueran las mejores, eso no significaba que los días serían más fáciles para el par de autodenominados rivales.

Desde el momento de despertar comenzaron los problemas con ambos envueltos en una incómoda situación, casi literalmente.

Cualquiera podría haber pensado que Sizhui y Jin Ling habrían tenido una discusión sobre quién dormiría en el sillón y quién en la cama dado que ambos peleaban como chiquillos por cualquier minima cosa, pero la realidad era que aquella pelea jamás tomó lugar. Una vez que la emoción de finalmente tener una pista para volver a su tiempo terminó, el cansancio se hizo presente en ambos hombres.

ShiYun era una niña con un buen comportamiento, lo que podría esperarse de una descendiente de los Lan, pero era muy enérgica. Jin Ling y Sizhui apenas fueron capaces de seguirle el ritmo y definitivamente no era de ayuda que Hada se sumara a los juegos.

Ninguno se había imaginado que cuidar de un niño fuera tan cansado, encima parecía que sus cuerpos no estaban en un estado favorable. Era como si no hubieran podido dormir plácidamente en años.

No chistaron sobre dormir juntos, solo querían descansar pero tomaron pequeñas medidas como poner una almohada en medio de la cama como una línea divisoria y cada uno tomó un extremo de la cama antes de murmurar un ininteligible "Buenas noches" para finalmente dormir.

El problema fue a la mañana siguiente.

Para el horror de ambos en algún momento de la noche aquella línea divisoria desapareció. Jin Ling tenía una fijación con abrazar cosas mientras duerme, mientras que Lan Sizhui era muy sensible al frío. Aquellos dos factores los llevó a encontrarse envueltos en los brazos del otro, con el castaño apretado contra el fuerte pecho de Lan Sizhui y este con barbilla apoyada en el cabello de Jin Ling, deleitándose con la dulce esencia a lotos. Como si el estar aferrados como si su vida dependiera de ello no fuera malo, sus piernas estaban entrelazadas, haciendo que no existiera ni un centímetro de distancia.

El primero en reaccionar había sido Sizhui, no de la mejor manera siendo que su repentino empujón terminó con un muy adolorido Jin Ling en el piso de la habitación, sosteniendo su cabeza y lanzando miradas de reproche.

El azabache había intentado disculparse, pero Jin Ling se lo impidió al darle una última mirada asesina mientras que murmuraba "Dejaré la ropa lista de YunYun. Despiertala y ayudala a cambiarse en lo que preparo el desayuno".

Sizhui sólo pudo dar una respuesta afirmativa con su voz temblorosa, mirando como el castaño salía de la habitación. Esperaba que Jin Ling no estuviera muy enojado.

Para mala suerte de Sizhui, Jin Ling lo estaba. Aunque no sabía si enojarse con Sizhui, con él mismo o la fuerza que los había puesto en tal situación. No dejaba de pensar en lo extraña que era su vida, o más bien, que su yo de ahí era demasiado doméstico.

Pero ver el rostro durmiente de YunYun mientras que dejaba su uniforme colgado le hacía pensar que quizás esa vida no era tan mala.

Su carrera lo era todo, siempre se había enfocado en ser el mejor y en conseguir el tan ansiado triunfo laboral por lo que jamás se permitió pensar en relaciones amorosas o una familia.

Sonrió, tomando de la cocina un cuaderno bastante usado, era algo infantil por los dibujos de conejos en la portada del cuaderno amarillo. Lo abrió pasando lentamente las hojas, leyendo las recetas y pensando que podía preparar para el desayuno. Descubrió aquel recetario la tarde anterior mientras inspeccionaba la cocina, la caligrafía en su mayoría era suya, pero había algunas recetas anotadas en una tinta azul y cada carácter trazado con tanta precisión y limpieza que parecía una impresión. Sizhui parecía haber colaborado en el contenido del cuaderno.

Un deseo de navidad - ZhuilingDonde viven las historias. Descúbrelo ahora