𝖼𝖺𝗉𝗂𝗍𝗎𝗅𝗈 𝗌𝗂𝖾𝗍𝖾

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James siempre se consideró una persona extrovertida, firme como líder y que sabe romper silencios. Al menos lo consideró hasta que llegó a esta situación: ver a Aiden mirándolo con la nariz arrugada desde una silla, en su departamento, cruzado de brazos y con una expresión poco calma.

Y es que ninguno de los dos estuvo cómodo en ese momento, la "casualidad" podía ser bien manejada, pero un encuentro voluntario se sintió más... Duro.
Más que nada por todas las incógnitas por las que se sentían rodeados y en el caso del influencer: avergonzarse por correr a ese sitio de manera inmediata solo por un sentimiento de rareza.

──Y bien... ──James quiso romper el silencio una vez más.

Más bien, intentó hacerlo.

──¿Puedo preguntar por qué estás aquí?

Carajo, por un momento olvidó lo directo que podía ser Aiden cuando se lo proponía.

"¿Qué es lo que estamos haciendo, James?"

James habría esperado incomodarse, pero en lugar de eso, gracias a él pequeño recuerdo que se coló por su mente, sonrió con ternura viéndolo un poco. Pues ese ceño fruncido de manera no muy tensa, ojos confundidos y labios inquietos ya era conocido para él.

Justo la expresión que el chico de cabello bicolor hacía cuando tenía muchas cosas por decir y no dejaba salir ninguna, o más bien, pensaba de a poco como preguntaría por cada una de ellas.

──Fue raro no verte a diario, Aiden.

No es lo que quiso decir. Al menos no concientemente.

Por sus palabras, una pequeña sonrisa se asomó por el rostro del chico pálido, solo que enseguida se esforzó por devolver su "mala cara" hacía el otro, haciendo que aclare su garganta mientras se acomoda en la silla del comedor, subiendo una de sus piernas y decidiendo enfocarse en el lienzo que dejó tirado.

──¿Acaso por eso planeas verme a diario? ──respondió sarcástico al mismo tiempo que iniciaba a trazar con un lápiz, sin idea de que estaba por dibujar. Al menos hasta que escuchó una risita, ahí subió un poco sus ojos y nuevamente, una sonrisa salió de sus labios intentando no ver tanto a el de tez morena. ──¿De que te ríes?

──De que eres sumamente cruel conmigo.

Y de ese modo, el hielo fue roto de manera sencilla, causando risas en ambos y dejando a James un poco más cómodo para interactuar por el chico que tenía en frente, pues al menos logró hacerlo reír.

Eso tenía que ser algo bueno ¿No es así?

Si bien ninguno volvió a mencionar algo hasta el momento, el de ojos oscuros podía notar que el rostro de su acompañante ya no era tan tenso como antes, se lo notaba más enfocado en la tela blanca que en su presencia y eso era algo mejor.

Al menos hasta que Aiden agarró su taza de café y le dió un trago, recordando que estaba preguntando algo antes de verde interrumpido.

──James ──lo llamó, aunque la atención del moreno ya estaba sobre sí ──¿Por qué viniste? ──optó por insistir.

Una vez más, el de tez oscura se sintió acorralado, en su mente tenía claro porqué estaba allí, solo que no quería admitirlo para nada. Sería muy raro si le dijera a Aiden, después de no verde durante un tiempo y acabar las cosas muy mal entre ambos, algo así como: "solo me carcome el silencio, estoy cansado porque nada se siente real y tú eres muy diferente a todo eso... ¿Me das café?"

𝐀 𝐓𝐑𝐀𝐕𝐄𝐒 𝐃𝐄 𝐋𝐀 𝐕𝐄𝐍𝐓𝐀𝐍𝐀 | 𝖩𝖺𝗂𝖽𝖾𝗇Donde viven las historias. Descúbrelo ahora