Capitulo 3. Una persona maldita.

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Las cosas podrían ser fáciles para mí, podría volver a casa y decir que no había ningún articulo mata dioses, me acostaría en mi cama y... me pasaría unos cuantos días mirando el techo. Realmente no es opción.

Esta es una recomendación para las personas que quieren ser vagamundos: en el 80% de los casos, los locos del pueblo saben más de lo que parece. Puede ser peligroso también, hay locos que solo atacan, porque solo eso han recibido, espero que el caso del Leñador Spey sea diferente.

Entro a la botica de la villa, después de haber visto al leñador entrar.

—Por favor, mi esposa necesita las medicinas— escuche decir y mire al boticario hacer una mirada de lastima.

—Spey, ya hemos hablado.

—¡Tengo el dinero! ¿Por qué no me vendes las medicinas? Mi esposa... mi esposa...

—perdón Spey, ya no puedo ayudarte.

El leñador en un estado de desesperación, derrumbo todo lo que había en el mostrador de medicamentos. No hubo piedad en sus insultos contra el boticario y se marcho hecho una fiera.

Ciertamente no parece un loco y tampoco parece un maldito. No soy profesor, pero daré una clase rápida para identificar a una persona maldita, así cuando veas uno en la calle, puedas correr rogando al Dios al que le reces para que te salve. Aunque no existe un solo Dios que responda a los ruegos. Aquí cosas que puedes notar:

· Los ojos son las ventanas al alma, puedes mirar a una persona a los ojos y notaras motas de arena de diferentes colores, a veces son rojos, a veces son negras, varía según la maldición.

· Los labios: una persona maldita se muerde los labios al punto de arrancarlos. Una persona sin un pedazo de labio es probable que esta maldita.

· La forma en la que actúa: no he conocido a un solo maldito que no sepa que lo está, rogara por ayuda, no ayudes, no hay salvación.

· Esta es mas complicada, pero todos los malditos tienen una marca en su cuerpo, se puede confundir con lunares o marcas de nacimiento, también hay algunas que son fáciles de esconder. Todas las marcas parecen un sol cullos destellos se extienden como enredaderas y el centro muestra piel blanca como la leche.

Es obvio que estas señales no son suficientes para determinar si una persona esta maldita, solo son señas para poder alejarse. Sin embargo, espero que a algún futuro vagamundo le sea de utilidad.

Volviendo al leñador Spey. Este no tiene arena en los ojos, sus labios están completos, si bien este desesperado, cualquiera que necesite medicamentos estará en un estado similar, trabajo en una farmacia, se lo que digo, pero no haba de una maldición solo dice que necesita ayuda; por último, no hay una marca de maldición, aunque en realidad con los grandes abrigos que se usan en esta villa, es imposible decir si tiene alguna. Mi experiencia me dice que no esté maldito, lo que hace más seguro acercarme a él, sin embargo... aun no sé lo suficiente de él.

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—¿Qué sabes del Leñador Spey? —pregunte dejándome caer en la silla.

Zey se encontraba limpiando la sangre de una mesa de la posada. Me miro incrédula.

—Tu... ¿no eres un viajero común o sí? —me pregunta insegura.

—La definición de común no va conmigo.

Este es un truco que también sirve para los vagamundos: levántate el ego hasta la estratosfera, así las personas te dejan de tomar enserio. Con Zey funciona, sonríe y sigue limpiando la mesa.

Esco: El Vagamundo Qué Adoptó A Una NiñaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora