Capítulo 63.5.

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Las manos de Nidia tiemblan pero sostiene al bebe con firmeza, Casandra la había llevado al departamento, sin pensar mucho en la manera en la que Nidia miraba a la nada, suponía que había mucho en la mente de la mujer y no presionara sacar lo que sea que piense.

Cerró las cortinas en cuanto Nidia estuvo sentada con el bebe en brazos, puso a hervir agua y tomó unas de las mantas para cubrir las piernas de Nidia.

—¿Cómo te sientes? — pregunto y por primera vez desde que habían entrado al departamento, Nidia la miro.

—¿Cuándo...? — inició la pregunta pero un sollozo la hizo callar, sin mucho que hacer, Casandra trazó círculos en la espalda de la mujer, dando un apoyo, espero pacientemente para que el llanto se regulará. —¿Cuándo...? — volvió a tomar aire. —¿Cuando regrese a ser humana?

La pregunta tomó por sorpresa a Casandra, tuvo que tomar un segundo para pensar. —En cuanto empiezas a hacerle RCP al bebe.

Aquella respuesta había sido como un golpe para Nidia, las lágrimas comenzaron a caer.

—Nidia— llamo Casandra, no sabía cómo consolar a la mujer, había consolado a algunas personita alguna vez, pero esta persona era desconocida, no sabía si colocar una mano sobre su hombro o abrazarla. También podía ser de esas personas que necesitaban espacio en lugar de un abrazo. —Nidia, ¿qué puedo hacer para ayudarte?

El jadeo era más una necesidad de aire que una sorpresa. El bebe comenzó a moverse, incómodo.

—Sostenlo... necesito... dame un momento— terminó diciendo Nidia mientras entregaba el bebe, aunque al verlo en brazos ajenos le rompió el corazón, tomó la emoción y la suprimió tan bien como pudo antes de entrar a la habitación.

Las manos temblorosas aún de Nidia no eran muy buenas para activar la pantalla táctil de su pulsera, miro el holograma antes de buscar el contacto de Esco, pero se detuvo antes de iniciar la llamada. Es su padre, la figura que tanto la ha apoyado por años enteros, sin embargo, ella sabía lo que él diría y haría para ayudarla. Eso no era lo que ella quería, al final la lista de contactos bajó hasta encontrar a Febo.

—¿Hola?

Las lágrimas comenzaron a salir por sus ojos.

—Febo, me vas a odiar por esto— sollozo Nidia. —Sé que está mal decirlo cuando sé que estás interesado en mí, sé que es egoísta pedirte algo cuando no te he dado una sola...

—Nidia— interrumpió Febo. —¿Dónde estás?

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En la ciudad hay una carrera, un Nadador de Corriente y un Quetz sobrevuelan la ciudad para atrapar al fideo blanco que escapa a toda velocidad por entre las calles. Se creería que un dragón tan joven no podría competir contra un Nadador de Corriente, pero el dragón blanco no es una criatura cualquiera, fue criada por un monstruo celestial, el más rápido de todas las estrellas. Fideo no era un dragón cualquiera, era el dragón de la familia que Esco había formado. La carrera dejaba atrás a cualquiera, pero Fideo no se dejaría por las intimidaciones de los dragones, él tenía órdenes.

—No puedes atacar a cualquiera— había dicho Esco cuando Fideo mordió a Libra, el mayor lo arrastró de la cola y lo arrojó en el río para tranquilizarlo. —Puedes jugar con Libra, sin lastimarlo, sé que te gusta molestarlo...

A partir de ahí, intento ser más pasivo, una mascota mansa, pero eso solo hacía que el resto de animales en la granja lo acosaran por territorio, causando una gran tristeza en el rostro del pequeño. Esta vez, Esco ahuyentó a las gallinas que picoteaban al animal.

—¡Está bien! parece que tengo que ser más claro contigo— se quejó Esco. —Eres un dragón, levanta la maldita cabeza. Estas son tus órdenes Fideo: puedes jugar con quien quieras, diviértete, pero si alguien te hace enojar acaba con él. Muestra que eres el dragón de esta casa.

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⏰ Última actualización: 10 hours ago ⏰

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Esco: El Vagamundo Qué Adoptó A Una NiñaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora