El dragón durmiente -HIATUS-

Capítulo 63

A / N: Solo un recordatorio, el nuevo capítulo aquí significa dos capítulos más sobre el atreon P, ¡donde mis clientes están votando actualmente sobre la dirección futura de esta historia!

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Una semana. Había pasado una semana desde que ella había venido con Vali en esta desafortunada tarea. Y en esa semana, Kuroka había llegado rápidamente al final de su ingenio. El Nekoshou era muy consciente de lo que estaba sucediendo dentro de la gran mansión en la que se había estado quedando. Jeanne y Le Fay ya habían "caído" en las artimañas de sus anfitriones. El poder combinado del Emperador Dragón Rojo y el Serafín Caído había demostrado ser demasiado para ellos.

Además de eso, la líder de su equipo, la propia Vali, estaba en el viento. ¡La perra de cabello plateado se había escapado el primer día al bosque y aún no había regresado! Honestamente, Kuroka ni siquiera estaba seguro de que todavía fueran enlaces diplomáticos en este punto. ¿No se suponía que Vali era el enlace? Solo estaban destinados a ser su séquito. En cambio, se dejaron como "entretenimiento" para sus anfitriones, mientras que la Emperatriz del Dragón Blanco se fue a hacer quién sabía qué.

Pero a Kuroka honestamente no le importaba nada de eso. No le importaba que Vali hubiera demostrado ser un cobarde, o que Jeanne y Le Fay no hubieran durado más de un día. Tampoco le importaba lo que Lavinia estaba haciendo. Todo lo que le importaba... ¡Issei Hyoudou y su INSISTENCIA en profanar a su hermana pequeña!

El segundo día que habían estado aquí, el aroma de Shirone había sido tan fuerte en el aire que Kuroka estaba CONVENCIDA de que su hermana pequeña estaba en algún lugar de la mansión. Había pasado todo el día escabulléndose por la mansión y sus terrenos, tanto cazando a su hermana como haciendo todo lo posible para no ser atrapada por ella. Se suponía que Shirone no debía saber que Kuroka todavía estaba vivo. Punto.

Sin embargo, el sendero ese primer día había terminado conduciendo solo a Issei Hyoudou. Shirone no estaba en las instalaciones, era solo Issei ... regresando de profanar a su hermana una vez más. Decir que Kuroka estaba indignado sería quedarse corto. Estaba francamente furiosa. Así que se había dedicado a envenenar la comida del Emperador Dragón Rojo, maldita sea la diplomacia.

Desafortunadamente, o estaban revisando las comidas de Issei o nada de lo que Kuroka tenía a mano era capaz de lastimarlo. Comió y bebió todo lo que ella había envenenado sin un solo momento de preocupación, alimentando venenos que deberían haberlo derribado. El Nekoshou estaba empezando a pensar que Vali tenía razón al haber huido con la cola metida entre las piernas... después de todo, Issei Hyoudou estaba demostrando ser MUCHO más fuerte que el Dragón Divisorio.

Dicho todo esto, no cambió el hecho de que el aroma de Shirone continuó haciéndose más fuerte, día a día. A estas alturas, Kuroka sabía que en realidad no significaba que su hermana pequeña estuviera presente en las instalaciones. Solo significaba que Issei había ido y follado a Shirone un poco más, con su hermana pequeña claramente frotándose sobre él. Fue vergonzoso, y Kuroka ... Kuroka sabía que necesitaba terminar con esto. Los métodos sutiles no habían funcionado, por lo que tendría que ser más directa ... a pesar de que sabía exactamente cómo había funcionado ESO para Jeanne y Le Fay.

"¡ISSEI HYOUDOU! ¡YA BASTA! ¡DEJARÁS DE PROFANAR A MI HERMANA EN ESTE INSTANTE!"

Una semana de tortura había llevado a Kuroka a este punto. Irrumpiendo en la habitación de Issei, incluso cuando el olor de su hermana llena su nariz. Pero, por supuesto, Kuroka sabe que no es más que una mentira. Su hermana no está realmente aquí. Ella no es-

C-Crash!

"... ¿K-Kuroka?"

Los ojos de Kuroka se abren y se queda corta mientras entra en la habitación. Issei Hyoudou se sienta en una pequeña mesa, disfrutando de una taza de té ... con su invitada, Shirone, que ha dejado caer su propia taza de té, haciendo que se rompa en el suelo. El Nekomata de cabello blanco mira a Kuroka atónito y con los ojos muy abiertos, visiblemente sorprendido por su presencia.