Dibujando sueños.

5.

Advertencia +18

Felix POV. 

 Cada vez que lo veía sentía demasiados nervios, no podía creer que alguien se fijara en mí, la mayoría me veía como un juego y agradezco no haberles dado la típica prueba de amor, no hasta sentirme del todo seguro. Y así fue como comencé a tener una vida íntima activa a su lado, cada que podíamos lo hacíamos y era maravilloso poder sentirme amado, deseado y respetado.Changbin me llevó a escondidas a su casa, estaba castigado por obtener notas bajas en dos materias, no debía salir ni invitar a nadie, lo que sus padres no se imaginaban es que su primogénito haría caso omiso de sus instrucciones y qué más daba tenerme ahí, de todas formas ellos estaban de viaje. Nos encontrábamos viendo una película de romance, era nueva, ambos sentados el sofá de su recámara, frente a la enorme pantalla. Aquella casa era preciosa, y claro que yo sabía de interiores pues mi madre se ganaba la vida decorando hogares. 

 — Dudo que ella lo perdone ¿Quién en su sano juicio haría eso? — Comencé quejándome del maltrato que recibió la protagonista por parte de su novio, o bueno, ex novio. 

 — Es una película y todas son así, él irá a buscarla y luego ella lo perdonará, ya verás. — Dijo seguro, soltando una risa baja. 

 — No todas las películas son así, hay algunas donde la mujer es fuerte e independiente. Ella tal vez lo perdone pero más adelante, no a la primera, se hará la difícil. — Tomé más palomitas y después me crucé de brazos.

 — Si gano deberás darme algo a cambio. Van a volver. —Susurró y asentí a su propuesta, callándose después porque la escena del tipo buscándola estaba reproduciéndose. 

 Y sí, él ganó, puse los ojos en blanco y después negué enojado. 

 — ¿Es en serio? Qué tipa más tonta. — Hice un ligero puchero, acomodándome mejor en el mueble. 

 — Sí, ahora mi premio. — Me observó, acercándose peligrosamente a mí. 

 — Solo porque cumplo mi palabra lo haré ¿Qué quieres de premio? — Pensaba que sería algo tonto o gracioso, porque así era él, juguetón. 

 — Hazlo conmigo en el pasillo... — Respondió sobre mis labios y mis ojos se abrieron más de lo normal. 

 — ¿¡Estás loco!? Podrían vernos y van a matarnos. — Coloqué mis manos sobre su pecho intentando detenerlo, sus padres podrían volver de su viaje en cualquier momento. 

 — No van a volver, y si lo hacen nos dará tiempo para que te escondas. — Intentó convencerme, sujetó mi mentón con una mano y depositó un corto beso sobre mis labios. La idea me excitaba pero estaba mal, demasiado mal si mis futuros suegros abrían la puerta y llegaban al pasillo encontrándonos desnudos y en posiciones poco usuales. 

— Te mato si llegan y dejaremos de salir, lo juro. — Le advertí por fin cediendo, vaya que nada le costó.— Ah y no volveré a hablarte.

 — Estamos a nada de ser novios y me dejarás por algo como eso... Sospechoso. — Dijo burlón, apagó el televisor, dejó las palomitas sobre la mesa y yo le miré serio durante algunos segundos, hasta que sus labios se estamparon contra los míos. 

Iniciamos el beso lento, poco a poco fue haciéndose intenso, su lengua se abrió paso para buscar la mía y enredarse con ella, gemí sobre su boca en respuesta, uniéndome a su juego casi de inmediato. Mis mejillas ardían y decidí dejarme llevar acariciando su espalda y cabellos.Se separó y su mirada me hacía sentir el ser más hermoso de este mundo, bajé la mirada pero al ver lo que hacía no pude evitar ver, se estaba quitando la camisa y tomó mis manos para colocarlas sobre su bien formado pecho y abdomen, sin dudar acaricié su cuerpo con cuidado.Me sacó el suéter y la playera de un tirón, estaba impaciente, pero me gustaba, ese toque salvaje me enloquecía. Sus manos recorrieron mi cintura y me hizo poner de pie al mismo tiempo que él, volvió a besarme llevando las manos directamente a mis glúteos para apretarlos e irme guiando a la salida de su habitación llegando a pasos torpes hasta el pasillo.Me separé unos instantes, llevando las manos a desabrochar su pantalón mientras me encargaba de besar despacio sus hombros y cuello, en cuanto bajé hasta sus muslos las prendas me percaté de lo que había provocado, una erección. Logré verla por unas milésimas de segundo y me volteó, ahora estaba de frente a la pared y sus manos me despojaban del pantalón y bóxer con agilidad. Comenzó rozándose contra mí y separé las piernas ligeramente, empinándome un poco para que pudiera seguir con esos roces, sus labios se apoderaron de mi piel marcando mi cuello con succiones y sacándome varios suspiros. Sentí un camino de besos bajando por mi espalda hasta que de reojo vi como estaba de rodillas frente a mí, pegué el rostro contra la pared cuando sentí que separó mis glúteos e ingresó la lengua en mi entrada, un inevitable fuerte gemido hizo eco en toda la casa. Quería callarme pero no podía.Una vez estuve listo meneé mis caderas hacia atrás y él entendió, se puso de pie para poder colocar el glande en mi interior e ir penetrándome, se tomaba su tiempo en hacerlo, sus manos alrededor de mi cintura enterrando los dedos y jadeando sobre mi oído.Sus embestidas comenzaron unos segundos después, mis dedos se aferraban a la pared, mi erección dolía y agradecí que Changbin se hiciera cargo de ello con su diestra, la zurda no dejaba de azotar mis glúteos, siempre los marcaba como suyos, ardía pero era exquisito.El sudor comenzó a recorrer mi cuerpo y por ende mis cabellos se pegaban a mi frente, mordía mis labios y cuando no lo hacía me dedicaba a gemir su nombre. Dejó de darme nalgadas para llevar su mano a mi cuello, apretándolo, sin dejar de masturbarme.Mis piernas me temblaban, sentía que no podría sostenerme más, giré mi rostro un poco y al encontrarme con sus ojos, señalé con la mirada la sala y captó enseguida. Me tomó por debajo de las piernas y me cargó hasta el sillón, tuvo que salir de mí para tomar asiento y yo me subí sobre él a horcajadas, al fin pude ver ese rostro ardiendo de placer.

Changbin POV. 

 Me encantaba escuchar lo mucho que le fascinaba tenerme dentro, su mirada se topó con la mía y sin necesidad de palabras, entendí lo que deseaba. Teníamos una conexión especial, no era difícil adivinar sus pensamientos, lo cargué llevándolo a la sala, salí de él y me tiré al sillón, extendí los brazos para tomar su cintura y él enseguida se subió, antes de volver a penetrarlo, Felix dio movimientos circulares sobre mi erección presionándola con su entrada, fue bajando sosteniéndose de mis hombros y dejando que sus uñas se encajaran en mi piel. Ambos compartimos un gemido cuando lo llené de nueva cuenta. Mi pecho subía y bajaba, tenía la respiración descontrolada, elevaba la pelvis mientras él me montaba, acariciaba su cintura y glúteos, sin importarme nadie más que él y yo, pero a la vez con la adrenalina de que nos descubrieran.Sus movimientos provocaban que jadeara de manera sonora y poco me importaba ser ruidoso, estaba cabalgándome con tanta fuerza que podía sentir cómo él mismo torturaba su punto dulce, el líquido preseminal lo había mojado ya.Eché mi cabeza hacia atrás disfrutando de estar profundo dentro de él, separé sus glúteos ayudándolo a subir y bajar más rápido, lo besé con necesidad, cerrando los ojos y saboreando su dulce boquita. El morboso sonido de la fricción de nuestros cuerpos era cada vez más alto. Sus manos rasguñaban mis brazos, me separé del beso y volví la vista hacia él, de un momento a otro provocó que la punta de mi miembro fuera lo único dentro de él, y en cuestión de nada me había dado un buen sentón, estuve a punto de decirle que lo repitiera pero no fue necesario, una ola de esas montadas rudas siguió por parte de él, ese cuerpo delicado sobre mí me mostraba su lado más libidinoso, se cansó pronto, pude notarlo. Mis labios fueron en busca de sus pezones para darles breves succiones, una de mis manos se posó sobre su erección para ayudarlo a llegar al orgasmo porque yo ya estaba cerca del mío y deseaba que llegáramos al mismo tiempo. Se inclinó hacia atrás para darme espacio y que siguiera bombeando su miembro, se sostuvo de mis rodillas observando al techo, apretó su entrada unos momentos sin dejar que me moviera y después me liberó, aquí venía el clímax.Se volvió hacia el frente y esa mirada fue suficiente para hacerme correr dentro de él, me siguió instantes después manchando mi mano, con varios gemidos de por medio, le dediqué una sonrisa, satisfecho y apenado se apoyó contra uno de mis hombros, cerré los ojos disfrutando el momento en lo que nos recuperábamos.