Imagina ser novia de Luis, y por eso, tener que enfrentarte a sus amistades.
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Luis había hecho una especie de reunión con sus familiares y amigos cercanos en la casa. Yo sabía que a la mayoría no les agradaba, a pesar de ya llevar 2 años de relación, a nadie le gustaba que yo sea bastante más joven que él, y por eso siempre eran presentes las miradas juzgadoras y los comentarios irritantes en cada encuentro. Así que trataba de convivir lo mejor posible.
En un momento, Luis abandonó la sala para subir a su mini estudio personal, pues le había agarrado un momento de inspiración y lucidez o algo por el estilo, teniendo que quedarme sola con sus amistades. Era estar literalmente en la boca del lobo.
De inmediato los comentarios maliciosos saltaron sobre mí, pero cuando estaba con Luis mínimo los disimulaban, cosa que estando sola no fue así. Explicitamente me trataban de cualquiera, de boluda, de ser la pendejita que lo volvía loco. Yo estaba que me hervía la sangre.
Con una falsa sonrisa, subí por las escaleras hasta abrir sin permiso la puerta de su estudio. No iba a bancarme ni un segundo más esta situación.
- Luis, tus amiguitas me tienen cansada tratandome de pelotuda, en todo este rato que estuviste acá lo único que hicieron fue atarcarme y boludearme. Y no espero seguir aguantandome esto.
Estaba hecha un fuego, casi que un incendio, quizás por eso no notaba la agresividad de mi tono y mis palabras.
Luis simplemente me miró anonadado, con ojos de cachorro sosteniendo su guitarra, mientras yo me cruzaba de brazos y lo fulminaba con la mirada. Pero al cabo de unos segundos comencé a arrepentirme, él no tenía la culpa, no deberia desquitarme con él. Tragué en seco y desconecte nuestras miradas algo avergonzada.
- Ya nada...Lamento interrumpirte. Por favor, baja cuando termines. - Dije algo frágil, dispuesta a irme, hasta que Luis se acercó a mí.
Tomó mi brazo y me metió adentro de la habitación para posteriormente cerrar la puerta y apoyarme sobre ella. De inmediato sus labios conectaron con los míos y comenzaron moverse dulcemente, haciendo que todas las tensiones de mi cuerpo desaparezcan. Odiaba que él sea mi única debilidad.
- Yo te amo con toda mi alma, mi muchacha, y simplemente eso te hace más importante que todo el mundo alrededor nuestro. - Susurró antes de besarme nuevamente.
No sabía como lograba derretir mi corazón de tal manera, pero todo mi carácter se suavizaba cuando se trataba de él, era increíble la manera en que lo amaba.
Tras minutos y minutos de besos y caricias volvimos a bajar a la sala, y ahora Luis no soltaba mi cintura ni un minuto. Y aunque era satisfactorio ver las caras de resentimiento, yo solo podia pensar en cuanto adoraba a este hombre. A mi flaco.
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