Día Uno

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Se colocó el blazer, junto con sus guantes agarró su gorro y se lo colocó de inmediato en la cabeza.

Miró a Jay, ambos asintieron y decididos salieron del departamento.

Irían a caminar un poco, a disfrutar del clima frío y tal vez pasar por un poco de café para aligerar la temperatura.

En cuanto se acercaron a la tienda de conveniencia más cercana, no dudaron en jugar piedra, papel o tijera para decidir quién entraría para comprar los cafés, divertidamente y obviamente Jay perdió, por lo que con una sonrisa en grande vio como el cuerpo de Jay se alejaba hasta abrirse paso por las puertas de cristal que resguardaban los alimentos y utilidades de aquella famosa tienda de ramen.

Alejo su vista de ahí, y la centro en su celular, no dudo en entrar a twttr, con el dedo pulgar fue bajando por la pantalla, revisando lo que sus fans, amigos y otras personas twttbn, sonreía, reía y emocionaba. Sin embargo su sonrisa no duró mucho, ya que se hizo pequeña al notar aquel twtt.

“Llámame loca, pero él Jayseung mis papis reales y fijos”

La traducción era bastante mala, pero pudo comprender lo que decía, ¿Jayseung?, ¿a qué se refería con eso?, obviamente habla de Jay y él, hay bastantes fotos de ambos, ya sea abrazados o cerca de distintos eventos y demás que tuvieron conforme el tiempo.

Curiosamente se fijo de un hashtag con aquella combinación de sus ambos nombres, dió click, muchos hilos y simplemente twtts aparecían, fotos suyas junto a Jay y pequeños trozos de videos de ambos interactuando.

Uno por uno iba observando y leyendo, cuánto más leía, más se sorprendía, que imaginación.

Su límite llegó al leer un párrafo que al parecer aquella fan había escrito, nunca había besado a Jay, menos en un baño, ¿qué era todo aquello?, con los nervios a flor de piel quitó aquel hilo.

¿En serio sus fans imaginan qué Jay y él se han besado?, no pudo evitarse imaginárselo, el sorpresivo ardor en sus mejillas lo alarmó.

—No había azúcar, así que le coloqué Stevia

La voz de Jay le hizo saltar en su lugar, tanto que casi dejo caer su celular, esté sumido en su total concentración tomando asiento y no dejar caer ambos cafés, no notó lo nervioso que tal vez y se pudo haber visto.

—No hay problema

Habló un poco más tranquilo después de haber dejado salir un profundo suspiró y tomar con ambas manos el vaso con café.

—Me alegra saber eso

Le sonrió Jay sin mirarle, concentrado en una envoltura de tal vez un panque, por su parte no pudo evitar observarle, se ve muy lindo.

¡Mierda!, ¿qué demonios fue eso?, ¿lindo?

Internamente se golpeó la frente, sacudió su cabeza tratando de deshacerse de aquellos raros pensamientos y desvío su mirada hacia su café.

Bebieron su café en silencio, disfrutando de su mutua presencia, al igual que los alrededores de esa aquella mañana, el viento sopla con delicadeza, acariciando sus rostros y arrullandolos.

—Mi madre me habló mientras preparaba el café, me preguntó por ti y si aceptas ir a casa después de está semana, al parecer regresan hasta el siguiente lunes

Sintió la mirada de Jay sobre la suyo después de hablarle y proponerle aquel plan, lo que hizo quitar su atención de la mesa de madera y dirigirla a su mirada atenta.

La nariz, mejillas, pómulos y labios de Jay se volvían de una tonalidad rosada por el frío, haciéndole parecer un melocotón, causándole ternura.

—Claro, me encantaría, tú madre es muy dulce y tú padre es un hombre muy cool

Admitió con una cariñosa sonrisa, Jay le ofreció también una, asintió y bebió un sorbo de su café.

Su mirada no pudo evitar dirigirse a los labios de su compañero, el café los había hidratado, haciéndolos ver suavecitos y de un rojo fresa.

Sintió su corazón dar un brinco, mientras que sus mejillas sentía arder de nuevo.

Por cierto, ayer me llamó tu hermano, por favor, invitame a tu casa hyung, quiero darle un abrazo, su apoyo y cariño significa mucho para mí

Sintió sus mejillas enfriarse de repente, su mirada se posó en sus pequeños ojos, pequeños detalles en ellos por la emoción hacían aparición y de cierta manera le revolvieron el estómago e hicieron brincar a su corazón.

—Claro Jay, hablaré con mamá estos días y le comentaré que te llevaré

Le sonrió después de hacerle aquel aviso, Jay le sonrió de vuelta y volvió a beber otro sorbo de su café.

De nuevo sus mejillas se sintieron regresar a esa extraña temperatura y sensación.














A Solas |JaySeung|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora