Día Cinco

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Después del día de ayer, se la pasaron como normalmente harían, desayunaron juntos, salieron a almorzar juntos y cenaron juntos, se la pasaron juntos toda la noche, una que otra mirada se les escapaban, pero no paso más nada, no hasta que el día siguiente empezará.

Sus nervios están a flor de piel, hace ya como cinco minutos que Jay se la pasa mirándole intensamente, se descuida un poco y Jay ya anda quemandole la nuca con su mirada, ¿qué le pasa?, hasta hace unos minutos su mañana había empezado tranquila, ahora esta llena de tensión y todo por culpa de ese americano con ojos rasgados.

─¿Puedes parar?, me pones nervioso, ¿acaso quieres que haga algo por ti?

Cuestionó nervioso, sentía las mejillas calientes y también sentía su corazón latir muy fuerte, eres muy cruel Jay.

Se encontraban en la sala, él estaba organizando el pequeño librero que Sunoo había comprado, había polvo, por lo que le apeteció limpiarlo y Jay se encontraba sentado en el sillón color arena, según él trabajando en la computadora portátil.

─No sé, es que te ves muy bien hyung, también se me antoja besarte, pero no delicadamente, ¿eso es normal?

Después de que Jay dijera eso, le sonrió coqueto, su corazón dio un brinco y se sonrojo aún más por aquello.

─¿Qué?, ¿Jay te estás escuchando?, ¿cómo que no delicadamente?

Regaño un poco, sin llegar a sonar molesto, en realidad se sentía avergonzado y por parte de Jay solo sonrío en grande, mientras se levantó de su lugar, dejando la conputadora portátil sobre el sillón y empezó a caminar lentamente hacia su dirección. A lo que el retrocedió un poco, esté Jay es peligroso.

En cuanto él americano llego a su persona, lo acorralo contra la mesa del escritorio qué habían colocado en la sala por falta de espacio en alguna de sus habitaciones. Sus manos directamente se posaron en el pecho ajeno, permitiendo un poco de espacio entre ambos.

─Hace unos momentos me preguntaste si podrías hacer algo por mi, así que quiero saber si aun lo harías, ¿harías algo por mi hyung?

La voz de Jay había salido como un susurró, como si le estuviera contando un secreto y su tono era más grave de lo normal.
Seguramente a este grado sus orejas estarían totalmente rojas.

─¿Qué podría hacer por ti Jay?

Cuestionó con timidez, se sentía cohibido, ¿cómo Jay puede tener ese control en su persona?

─¿Podrías mantener el mismo ritmo que yo?

Confundido sin deshacer lo que sentía aun, le miro, sabía que había entendido su confusión por lo que con una sexy sonrisa le correspondió, aquello le había gustado, el hoyuelo que pocas veces aparecía en el rostro de Jay resurgio después de aquella reacción.

Ya entiendo su ex noviazgo de tres meses

Ante aquello frunció su ceño, sí, aquello le había sacado de onda.

¿Cómo te atreves hijo de tú bonita mamá?, ¿qué tiene mi ex noviazgo de tres meses?, que te importa, eres un-

Y todo se fue al demonio, todo después de una risita coqueta.
Hubiera seguido mentandole la madre al chico que lo andaba coqueteando ferozmente si no fuera por la intensa cercanía que había intervenido en su palabrería, los labios de Jay habían atacado los suyos, era intenso, realmente Jay quería besarlo, ¿acaso se había contenido?

El pecho de él choco con el suyo, se sentía cálido, sus manos de Jay se escapaban por todo su cuerpo, le acaricia tan bonito, por su parte solo acaricia con ambas manos su nuca.

Se sentía bien, sin embargo pego un salto de la sorpresa que fue causado por los toques indecentes de Park, sus manos habían llegado a sus glúteos, abrió los ojos de inmediato, pero solo para presenciar como Jay había bajado sus manos para agarrar con fuerza sus muslos colocándole rápidamente sobre la mesa del escritorio, quedando sentado sobre está y Jay entres sus piernas, aquello le había sorprendido y sin querer sus labios se separaron de los suyos.

¿Qué fue eso Jay?, ¿esa fuerza de Hulk de dónde la sacaste?

Sus ojos bien abiertos por la sorpresa miraron a aquél ser dulce volverse poco a poco en una fiera, ¿en serio lo había alzado como si se tratará de una pluma?, rayos, no sabe si agarrarlo a besos o pedirle rutina.

─Secreto

En realidad se la pasaba ejercitando junto a la maknae line y Sunghoon de vez en cuando, ante las palabras de su hyung sonrió con ternura.

Y sin tener la necesidad de pedirle la rutina, ahora él se lanzo a sus labios, aunque está vez bajo sus manos a sus hombros y lo volvió a acercar a su cuerpo.

Algunas cosas que habían en el escritorio se cayeron al suelo, pero no quisieron separarse aún cuando se escucharon los estruendos de los objetos, ellos andaban en su mundo y donde empieza el calentamiento global.

A Solas |JaySeung|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora