Baile

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Summary: inspirado en el libertador Simón Bolívar y su relación con Manuela Sáenz.
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16 de junio de 1822
Quito, Ecuador.


No hubo un sólo rincón donde no se oyeran gritos y aplausos repletos de euforia, ni un lugar en aquella tierra donde no se encontrara el pueblo cantando alabanzas agradeciendo su sacrificio o lanzando flores al camino para que este le fuera más llamativo. Avanzaba despacio por las calles para permitirse recibir los elogios y adoraciones, encontrando interesante como las personas al reconocer su llegada se asomaban deprisa por los tejados y ventanales, con la vaga esperanza de poder encontrarse con el héroe patriótico que habían estado añorando.

Ni siquiera podía oír el suave galopar de su caballo entre tantos gritos, entre tanta emoción. Los niños corrían a un lado de la caravana tratando de distinguirlo entre los cientos de soldados que iban pasando y los hombres y mujeres aglomerados alrededor no estaban lejos de hacer reverencias. Su trayecto estaba bañado en alegría, dándole paso a una nueva era con cánticos fuertes, golpes de campanas y fuegos artificiales.

—¡Debes de estar disfrutando esto! —le había dicho uno de sus compañeros de armas pasándole a un lado con su caballo, trató de negar pero su sonrisa fue difícil de ocultar—, no puedes engañarme, además, mereces disfrutar de ello, libertador.

—Todavía puedes llamarme Armin, Eren, —aclaró— sigo siendo el mismo de siempre.

—Eso dices ahora, veamos cuanto te dura.

Acelerando el paso de su caballo, Eren se le adelantó a Armin, pisoteando las flores en el suelo hasta lograr machacarlas. Todas esas flores de por la zona habían sido arrancadas justo como símbolo de bienvenida y agradecimiento para ellos, no debía de tener pena por verlas muertas, pero sí le causaba cierta desilusión ver lo poco que duraban al ser tiradas y luego demolida por los cientos de soldados que iban en caravana hasta la plaza a celebrar.

No estaba acostumbrado a recibir tanta fama, al menos no de aquel modo, pero tampoco creía que fuese un cambio de aires desagradable. Había ansiado que llegase el día donde el fruto de cada sacrificio se viera manifestado, incluso cuando todavía existía un largo camino por recorrer para poder alcanzar la libertad de la región y abolir de una vez por todas con cada una de aquellas escorias pertenecientes al ejército realista, había un peculiar deleite en poder escuchar el júbilo del pueblo que se goza ante la idea de no verse a merced de los españoles.

La libertad había sido un ideal al que solía perseguir a veces con mayor fuerza, a veces con más insistencia, jalando en todas las direcciones posibles buscando la forma de que el mundo viese cuán injustas habían sido las cosas al verse bajo la potestad de los españoles. Quizá era un hombre muy apasionado por sus creencias y por eso se movía hasta el límite —aunque no sin premeditación— no se podía quedar estancado y esperando que alguien más iniciara la lucha que se estaba necesitando con tanto fervor. No iba a hacerse la vista gorda, él necesitaba hacer de aquel sueño de libertad una realidad.

Y aquel sueño que algún día fue tan lejano brillaba más que nunca.

Un suspiro inusualmente relajado escapó de su boca antes de que un nuevo impacto contra su cuerpo lo tomase por sorpresa. Armin se sobresaltó al ver como desde el cielo caía disparada una corona de flores que chocó contra su pecho con la precisión que se esperaría de una bala en el campo de batalla.

Pasmado por el objeto que le había ido a caer encima, tomó la corona y alzó la mirada al cielo. Desde uno de los balcones del edificio junto al que cruzaba varias personas se asomaban tirando flores y saludando a los héroes de guerra agitando pañuelos, una chica en especial se mostró inclinando el pecho por fuera del balcón, con los brazos extendidos y el cabello rubio cayendo en mechones por cada lado de su delicado rostro de porcelana, la encontró ruborizada en sobremanera por ser atrapada haciendo algo tan penoso y en un momento como ese.

Lover of mine | one shots Aruannie.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora