Summary: En otra vida.
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*El cielo nocturno de Liberio era tan impredecible como la vida misma, a veces el humo de la ciudad se extendía tanto que las estrellas se hacían difíciles de distinguir en medio de las espesas nubes de humo, y en otras ocasiones se podía apreciar la expansión de los cielos en todo su esplendor, con las estrellas titilantes formando toda clase de formas conocidas que transformaban la oscuridad de la noche en un espectáculo sin precedentes.
Desde las montañas que rodeaban la frontera de la ciudad podía apreciarse mejor el show de luces del cielo, acompañado con la luz artificial de la ciudad, las luces flaqueantes de los autos, los faroles y edificios, que eran desde esa distancia no más que un pequeño montículo que le podía caber en la palma de la mano. Desde ahí, Annie se sentía capaz de encerrar entre sus manos todo a su alrededor, acaparando toda la iluminación en tan estrecho espacio. Claro qué, era imposible, pero imaginaba que podía y había cierta satisfacción en cómo agitaba sus manos tratando de alcanzar algo que no conseguiría. Es que ya estaba acostumbrada a esas alturas a esforzarse por cosas que al final nunca conseguía. Triste, pero cierto.
Descansó sus manos luego de intentar rozar inútilmente las estrellas, entrelazando sus dedos sobre su vientre. Estaba recostada sobre la grama, y podía sentirse el rocío natural de esta impregnarse en su ropa. El aroma a tierra era refrescante a su parecer. Armin, que estaba a su lado con los brazos cruzados por detrás de la cabeza y una pierna flexionada pensaba del mismo modo, el perfume natural de la época mezclándose con el de las montañas era exquisito.
¿Qué hacían ahí a esas horas? Ciertamente no había sido muy inteligente por parte de ambos fugarse en medio de la noche con la excusa de vislumbrar las estrellar, pero no es cómo si a alguien le fuese a preocupar, ya sus familias se habían resignado a retenerlos sabiendo que las cadenas siempre les eran muy flojas, y sus amigos ya no tomaban la molestia de vociferar sus dudas con respecto a sus escapes repentinos, pues tenían la certeza de que de nada les serviría.
—Es hermoso. —Susurró Annie en cierto instante, presenciando el cielo con el rostro tan brillante como el sol mismo.
Fugarse era para ambos el método más efectivo que encontraban para traer emoción a sus vidas, era excitante salir sin avisar y sólo vagar por cualquier sitio sin pasajeras preocupaciones por el destino. No siempre les causaba satisfacción hacerlo, y hacía mucho que empezó a aburrirles, pasando a ser una parte más de su monotonía. Ahí el problema, siendo que era parte de una rutina que les costaba romper no vieron convenientes acabar con aquel mal hábito, y se transformó en eso, una mala costumbre más en su lista de malas mañas que todos advertían con continuar extendiéndose.
Ya nadie se molestaba a reñirles por ello, todo el mundo se abstuvo de seguir reprochado por cosas que al final ellos iban a ignorar. La rebeldía era algo que no podían controlar y se apoderaba de sus instintos, escapadas cortas o largas, en compañía de problemas constantes que hasta entonces no salían de sus manos. Hasta el momento nadie había salido herido y no provocaron ningún mal en corazón ajeno, pero para sus familias eran ovejas negras y descarriadas que no llegarían a ningún lado, motivo por el que la compañía del otro era tan requerida, pues sentían que sólo la presencia del otro era capaz de amortiguar el dolor incesante que provocaba la fría indiferencia de un hogar destruido.
—Si... —Murmuró en respuesta Armin, dejando salir una bocanada de aire que pasó a convertirse en una pequeña nube que se dispersó en segundos.
Desde jóvenes, incluso antes de convertirse amigos —o lo que sea que fueran—, solían buscarse mutuamente. No es que desde entonces acostumbraran a contarse sus penas, pero al menos encontraban reconfortante la presencia del otro, y durante algunas tardes en el parque en las que Annie iba para practicar con su patineta y Armin a ver las nubes, dejaban de hacer lo que hacían para sentarse juntos en alguna banca o en el césped, imaginando historias que les hacían perder la lucidez.
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Lover of mine | one shots Aruannie.
FanfictionSerie de one shots Aruani en AU y canonverse.