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Cuarto día de lluvia en Seúl y Minho ya no podía soportarlo

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Cuarto día de lluvia en Seúl y Minho ya no podía soportarlo. Era estresante para él tener que lidiar con sus pensamientos cada vez que llovía, especialmente si tenía que quedarse encerrado en su habitación tratando de cumplir el sueño frustrado de su padre: publicar un libro. Él no quería eso.

Acomodó sus brazos en el escritorio para poder apoyar su rostro en ellos. Estaba realmente cansado. A pesar de tener veintidós años, no podía decidir por sí mismo y no sabía qué era lo que realmente quería.

Escuchó golpes en la puerta y suspiró mientras se levantaba para abrirla.

─ ¿Estabas durmiendo, verdad?

Sin expresión en su rostro, Minho respondió sosteniendo el picaporte, dejando claro a su padre que no lo dejaría entrar.

─ ¿Necesitabas algo?─ respondió sin más.

─ Quiero que te hagas cargo de tu gata. Está molestando y no para de llorar sin razón ─ se quejó su padre, tratando de mirar dentro de la habitación y observando el montón de bollos de papel en el suelo y el desorden en general.─ ¿Aún no has avanzado nada en el libro?

Hubo silencio como respuesta.

─ A ti realmente no te importa mi sueño ni el de tu madre, ¿verdad? Ella nunca te ha importado.

Minho solo suspiró, sintiendo cómo sus ojos comenzaban a picar. ¿Cómo podía decir todo eso?

─ Estoy tratando, pero es difícil si no es algo que me guste hacer. Y solo lo hago por mamá, no por ti. No te confundas.─ dijo con frialdad, permitiendo que Soonie entrara en la habitación antes de cerrarla valientemente sin mirar a su padre, escuchando cómo lo maldecía en silencio. Él se agachó para acariciar a su gata.

─ Tampoco lo soportas, ¿verdad? Ojalá hubieras conocido a mamá. Por lo que recuerdo, ella era realmente buena.─ suspiró, permitiéndose que una lágrima cayera. Odiaba llorar. ─Lamento eso, Soonie.

Se levantó con cuidado y se sentó nuevamente en la silla del escritorio, mirando la foto que estaba sobre él. Era él y su madre en el día de su primera competencia de baile, cuando solo tenía cinco años.

A veces se preguntaba si el sueño de su madre realmente era que él se convirtiera en escritor. Se veía feliz en la foto, apoyando su sueño.

Dejó la foto en su lugar y tomó el cuaderno que ya estaba abierto, junto con un lápiz. ¿Qué escribiría si no era algo que él quisiera hacer? Había pensado en escribir un libro de romance adolescente, pero no podría hacerlo. ¿Cómo lo escribiría si nunca lo había experimentado?

Enamorarse debía ser una experiencia hermosa, aunque también aterradora. Siempre había escuchado que las relaciones terminaban en algún momento, especialmente en esa edad en la que nadie sabe lo que realmente quiere. O eso es lo que su abuelo le decía.

Until The End ≀ MinsungDonde viven las historias. Descúbrelo ahora