EN EDICIÓN.
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─ Minho tenía que publicar un libro bajo presión, y Jisung es un niño de mejillas grandes que lo presiona indirectamente a comer de sus pasteles, y del cual toma inspiración para comenzar a escribir su primer historia de amor.
───...
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Minho sostenía el papelito con el número de teléfono de Jisung en su mano, sintiendo una mezcla de emoción y nerviosismo.
Durante toda la tarde, no pudo dejar de pensar en ese niño y en lo incómodo que se sintió el otro día al verlo con otros ojos por unos segundos.
Realmente no sabía si era un sentimiento bueno o malo, Minho sabía que no podría estar en una relación y que esta sea sana, por diversas razones; ya sea su padre, sus inseguridades o problemas internos.
Jisung era correcto y sano, no podía romperlo a él también, no iba a permitírselo.
Simplemente sus mundos no encajaban.
Pero a la vez, realmente deseaba experimentar una relación amorosa en la que todo funcione, su niño interno deseaba sentirse amado por alguien.
Por lo menos alguna vez en su vida.
Decidió esquivar todos esos pensamientos, no quería estresarse de más. Mientras él no desarrolle sentimientos, todo estaría bien.
Minho se paró de su cama para sentarse frente a su escritorio, mirando la página en blanco de su computadora.
Debía empezar su libro, definitivamente, pero las palabras simplemente no fluían y la presión de su padre para terminar el libro solo aumentaba su bloqueo creativo. Desesperado por encontrar inspiración, decidió que tal vez dar una visita sorpresa al castaño en su lugar de trabajo no sería malo.
Sabía que el ambiente relajado y acogedor del café podría ayudarlo a romper su bloqueo creativo.
Tal vez el ambiente, o más bien Jisung.
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La lengüita del castañito se encontraba levemente hacia afuera, hacer dibujos en el café, o latte art como decía su madre, era bastante difícil para sus manos temblorosas.
Jisung pareció sorprenderse al elevar la mirada por el sonido de la puerta, y encontrarse con Minho.
─ ¡Hyung! ¿Qué le trae por aquí?─ preguntó Jisung con curiosidad genuina.
Minho sonrió tímidamente y respondió.
─ Necesito inspirarme, y pensé que tal vez tu café me ayudaría.
