EN EDICIÓN.
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─ Minho tenía que publicar un libro bajo presión, y Jisung es un niño de mejillas grandes que lo presiona indirectamente a comer de sus pasteles, y del cual toma inspiración para comenzar a escribir su primer historia de amor.
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─ Felix, por favor..─ suplicó el pelirrojo con la voz rota. Tratando de controlar sus sentimientos tomó las manitos ajenas en un acto de desesperación, buscando la calma en el tacto del menor.
─ Hyunnie, entiende..─ contestó bajito, casi inaudible si no fuera por la cercanía de ambos.
Aunque se estaba rompiendo con cada palabra que soltaba, trataba de ignorar su garganta cerrada y las lágrimas que se aproximaban.
─ ¿Entonces esto es todo?─ preguntó con sus últimas esperanzas, se sintió fuertemente decepcionado al no oír respuesta alguna.─ Pensé que eras más valiente.─ soltó Hyunjin sin gesto alguno. Levantándose de la cama y tomando su abrigo.
Necesitaba huir de ese lugar que se volvió tan sofocante.
─ Y-yo de verdad no puedo por más que quiera..─ contestó en voz alta el rubio, de todas formas su voz se quebró al soltar las primeras palabras. Se abrazó a sí mismo buscando apoyo, o fuerzas.
─ Jeongin tenía razón, si realmente quisieras esto, te esforzarías. Pero eres tan egoísta, solo quieres terminar todo pensando en ti.─ murmuró brusco sin ver al menor, sabía que se rompería junto a él si lo veía.
Se sentía traicionado, traicionado y ajeno a la solución de su pecoso. Tenía una mezcla de emociones que no sabía cómo controlar o expresar.
─ ¿P-por qué le cuentas nuestras cosas a alguien que conociste hace días?
Sus inseguridades nuevamente empezaron a flotar, sentía olas de sentimientos desagradables chocar contra él.
─ ¿Y qué pretendías que haga?, ¿eh? ¿Desahogarme en el baño porque nos escondes todo el maldito tiempo?─ soltó con bronca, evitando a toda costa llorar. Estaba soltando todo lo que guardaba hace meses.
Felix lo miró a los ojos sin ser correspondido, totalmente confundido ante las palabras que el pelirrojo soltaba con desprecio. No parecía su dulce Hyunjin, quien siempre trataba de resolver las cosas mediante palabras y mimos.
─ ¿Es tan malo querer cuidarte?─ preguntó casi susurrando el rubio, rompiéndose un poquito más. Confundido y ajeno a la reacción del pelirrojo.
Era como un vaso de vidrio frágil, cada palabra áspera del mayor lo quebraba un poco más.
─ Es malo querer terminar conmigo solo porque tu padre te hizo una estúpida amenaza que nunca cumplirá, Felix. ¿Crees que mi padre lo permitiría?─ consultó serio, mirando a cualquier lado menos los ojos oscuros de su menor.
─ Y-yo.. Solo creí que t-tal vez lo haría, no lo sé..─ susurró destruido, desconocía a ese Hyunjin y eso solo lo destruía aún más.
Le destruía saber que un niño que conoció hace días logró cambiarle el pensamiento sobre su persona.
