En un pacífico pueblo, que pese a tener sus problemas como cualquier otro, se lograba mantener. Dentro de una de las casas del centro se encontraba una familia, compuesta por un hombre que rondaba los 30 años, una mujer de veintitantos, y una niña de unos 4 años, los cuales estaban viendo a quien parecía ser otro integrante de la familia. Este último era un niño de a penas 2 años, el cual estaba acostado en el piso.
Papá: Tiene 2 años, y aún tiene ese problema para caminar.
Dando un suspiro.
Papá: Qué deberíamos hacer?
Mamá: Oh, vamos, no hay problema. Podemos esperar un tiempo más, después de todo, aún sigue siendo pequeño.
Mientras acariciaba la cabeza del recién mencionado, causando que diera una adorable sonrisa.
Niña: Mamá, papá, luego puedo jugar con él? Quizás así él pueda mejorar con eso.
Papá: Claro, tal vez tengas razón.
Viendo a la niña con una sonrisa, para luego ver al niño.
Niña: Sí, lo haré, ya verás. Vamos a jugar, Román.
Con gran entusiasmo y viendo al niño, para luego ayudarlo a levantarse al tomarlo de sus manos.
Mamá: Eres muy buena con él, Abigail.
Así los 2 hermanos, conocidos como Abigail y Román, comenzaron a jugar.
Y en un abrir y cerrar de ojos los años pasaron, así el niño enterándose de que era de la familia Mitis Ira, la cual era una familia de magos que vivían en un pequeño pueblo en donde habían algunos guerreros y algunos tenían conocimiento sobre la magia de esta familia.
Habrían pasado a todo esto unos 5 años, así el niño conocido como Román cumplió los 7 años y su hermana los 9. Ambos estarían aprendiendo magia junto a los demás niños en las clases que daban sus padres.
Sus padres con el pasar de unos pocos años, 3 para ser específicos descubrieron que tenían una buena afinidad con la magia. Abigail era capaz de poner en práctica bastantes cosas de la teoría, aunque no lo hacía para usar grandes hechizos, sino más bien era para divertir y alegrar a su hermano, además de para poder jugar con los demás. Pero aún así, cuando se ponía seria, era capaz de usar hechizos de un poder algo considerable para su edad. Y Román, pese a aún conservar algunos problemas para su movilidad, lo compensaba con su gran capacidad para estar tranquilo y en paz, pudiendo usar la magia para mejorar sus sentidos, permitiendo compensar sus problemas de movilidad, aunque fue capaz de usar un hechizo de fuego sin necesidad de un cántico y círculo mágico, fue con su simple concentración y materialización en su mente, algo que hasta para los magos expertos suele ser difícil.
También en estos años estuvieron practicando con distintas armas para pelear, siendo las espadas cortantes como las katanas o curvas la especialidad de Abigail, ya que esta a la hora de moverse lo hacía como si estuviera danzando, moviéndose fina y delicadamente como el agua o el viento calmado, pero arrasando cuando atacaba como una tormenta o un huracán. Mientras que las armas contundentes o de gran tamaño era la especialidad de Román, ya que para su edad, era capaz de usar armas de adultos, aunque claro está, no todas. Esto era gracias a que su cuerpo se había desarrollado más en su parte superior. No es que sus piernas fuesen débiles, es que su parte superior era demasiado fuerte para la capacidad de sus piernas, lo cual dificultaba en cierta medida su movilidad.
Se vería que estos 2 estaban jugando y corriendo por las hermosas calles del pueblo, como lo hacían siempre desde niños.
¿?: Vaya, esos 2 sí que son inseparables. Siempre que uno va a hacer algo en el pueblo, el otro lo acompaña.