Capítulo 3

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Soldado: Comandante, denos alguna orden. Se están acercando rápidamente.

Román: Yo...Yo...

Lo diría tratando de pensar en algo, pero no podría, viendo con gran sorpresa el cómo mis compañeros caían por las flechas y balas de cañón.

Yo con enojo vería al ejercito enemigo, agarrando mi casco y poniéndomelo.

Román: Una orden? Es simple. Hagan un contraataque mientras aún podamos.

Yo iría con el general.

Román: Necesito saber bien qué es lo que harás para saber qué puedo hacer yo.

General: Siendo sincero, estamos en grandes aprietos ahora mismo. Pero haremos lo mismo que siempre hacemos. Los atacaremos de frente y tú irás contra su general. Una vez este pierde, todo el ejercito comienza a perder.

El general se subiría encima de su caballo.

General: La orden es simple. El comandante Román debe llegar hasta el general enemigo. Ustedes lo protegerán para que eso pueda pasar. 2000 hombres serán los encargados de hacerlo.

Luego de decir eso 2000 hombres se prepararon, tomando todos nuestros caballos y saliendo directos a un enfrentamiento de frente contra el ejercito enemigo.

Yo estaría en el medio, siendo protegido por todos los soldados. Nosotros chocamos de frente contra el ejercito enemigo, comenzando a pelear como podíamos debido a la desventaja numérica.

Mientras en las filas enemigas.

¿?: Cómo está yendo la batalla?

Soldado: Estamos ganando. Reducimos a bastantes soldados con el primer ataque, y ahora estamos peleando en un enfrentamiento directo contra 2000 soldados.

¿?: Solo 2000? Algo deben tener en mente. No bajen la guardia a pesar de la superioridad numérica.

Soldado: Claro que no, señor. Pero hay un problema.

¿?: Y ese cuál es?

Soldado: Un soldado enemigo está acabando con todos los soldados que tratan de detenerlo y sigue avanzando. Pero es que...Es solo un niño.

¿?: Un niño dices?

Sorprendido.

¿?: Al parecer no soy el único de mi clase aquí. Pero bueno, quiero ver qué tan bueno es. Bohr, quieres hacer los honores?

Con una sonrisa divertida, viendo a un hombre bastante corpulento y ciertamente alto, superando el metro ochenta que vestía la misma armadura que los demás, solo que esta era bastante más grande y pesada.

Mientras eso sucedía yo estaba atravesando las filas enemigas, matando a cuanto soldado se me ponía por delante.

Un grupo de hasta 6 soldados se juntaron, tratando de detenerme todos juntos.

Yo sin decir una sola palabra agarraría con fuerza mi garrote con una sola mano, destruyendo sus cuerpos de un solo golpe.

Yo seguiría avanzando, hasta que de repente levanté mi garrote, usándolo de escudo y bloqueando un potente golpe que iba directo a mi cabeza. Este golpe fue lo suficientemente potente para tirarme del caballo.

Yo rápidamente me pondría en pie, notando que quien me había atacado era Bohr, el cual tenía una enorme alabarda.

Román: Debo suponer que tú eres el general?

Bohr: No necesitas saber eso.

Mientras trataba de atravesarme con su alabarda, pero yo con mi garrote desvié su alabarda, tratando de romperla, pero antes de hacerlo, usó la parte de hacha de su alabarda, tratando de cortarme. Yo rápidamente retrocedí, esquivando por poco su alabarda.

Yo en BerserkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora