Al principio pensé que se trataba de una broma. ¿10.000 dólares por no hacer nada durante 24 horas? Quién se negaría. La única condición: no pulsar el botón rojo.
Desde que los Kora nos encontraron, nuestra tecnología ha avanzado a pasos agigantados. Llevábamos cientos de años mandando señales al espacio sin obtener respuesta, así que cuando por fin encontramos vida inteligente casi estalla la cuarta guerra mundial. Por fortuna ellos tenían más cerebro que nosotros. Bueno... o lo que oculten esos tentáculos negros. Nos ayudaron a crecer como especie y solucionaron la mayoría de los problemas que teníamos. Tanto fue así que trabajar se convirtió en un mero trámite.
No era raro encontrar peticiones de trabajo poco comunes. Ahora que la mayoría de la carga de trabajo la llevaban las máquinas, a los humanos poco nos quedaba por hacer. Sin embargo, aquella oferta era más extraña que el resto.
Estudio sociológico remunerado.
Día: Domingo 10 de febrero
Hora: 9 am
Remuneración: 10.000 dólares
Requerimientos: El sujeto de estudio debe de ser mayor de edad, humano y no debe de haber sido nunca diagnosticado de problemas psiquiátricos. Por el momento solo se permite aplicar a residentes de la Tierra 001.
Iba a pasar el domingo solo, comiendo palomitas y viendo algún reality sow, así que decidí que aquello sería un poco más entretenido.
Llegué al centro temprano, donde un hombre desgarbado y vestido con una bata blanca me recibió enseguida. Fui el primero en llegar. Tuve que firmar varios papeles, principalmente compromisos de confidencialidad y enseguida me guiaron hacia una amplia habitación blanca. La estancia solo disponía de una silla y una mesa, sobre la que reposaba un brillante botón rojo. En el quicio de la puerta nos esperaba un Kora.
La extraña criatura era negra y carecía de cualquier parte a la que se le pudiera llamar cabeza. Solo estaba conformada por decenas de tentáculos negros como una noche sin luna. Alzó uno de ellos, formando un círculo, a modo de saludo. Yo hice lo propio, creando una circunferencia similar entre el índice y el pulgar de mi mano derecha. No podían emitir sonidos y tampoco tenían un órgano para escucharme, así que simplemente me senté en la silla sin hablar.
—Es sencillo —comenzó a explicar el hombre de la bata blanca, mientras el kora me colocaba unos diminutos electrodos en la cabeza— Deberás permanecer en esta sala durante las próximas 24 horas. Hasta entonces no se te permitirá salir ni interaccionar con ningún otro ser vivo. Si tienes hambre o sed puedes encontrar cubos nutritivos y agua en el primer cajón de la mesa. La única regla es que no debes de interaccionar con el botón rojo, por lo demás eres libre de hacer lo que te plazca. ¿Alguna duda?
Negué con la cabeza. Lo único que me importaba era conseguir el dinero.
Las primeras horas fueron de lo más sencillas: paseé por la sala, bebí algo de agua, me tumbé en el suelo e incluso creo que llegué a dormir algo. El problema empezó cuando ya llevaba más de la mitad del tiempo consumido. Me aburría y mucho.
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Sueños Febriles
Mistério / SuspenseTe levantas entre sudores fríos y piensas: ¿Qué ha sido eso? ¿Ha sido real? Sueños febriles es una recopilación de historias cortas que no te dejara indiferente. Puedes leer cada una por separado y en el orden que más te apetezca, al más puro estil...