Consejo a una ramera (OP. 03)

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A ti, doncella que encarcela a vulgares cándidos,
En barrotes absentas de una celda ninfómana.
Prescindes que la carne de tus muslos se fermenta,
Hacia las copas bermejas de tabernas íncubos.

Dioses lánguidos acomodan salón óvalo,
Saturnos goyanos engullen pavos grasosos.
Marchitos esclavos, ustedes carecen de óbolos,
Hiciste un tonel de tartas dulces con sus cuerpos.

En vano fueron amojamadas esas venas,
Consumo del barril, vino del amontillado.
El anciano ríe dentro de góndola mortuoria.

¡Adelante, Adelante luciferino perro!
Desagües moribundos burbujean encías,
¡Trágate la mosqueada clepsidra, cuál Tarrare!

Pléyade (Poemario)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora