Fiorella (OP. 16)

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Tras el cementerio de mi alma se otoña,
Recuerdo en que mis borregos hallaron su pastor.
Brisas podrecen su zampoña,
Mi corazón parece una carroña,
Una carroña de elegías y dolor.

Diluvios pentatónicos de ojos candado,
Me han sombreado a pavo real.
Duerme insondable bajo árbol peinado,
Tristes tristezas en cabello rizado,
Pintan tórtolas acuarelas del cielo un ventanal.

Pobrecita mi hermanita de pupila castilla,
Enredaderas roscan sus senos y talón.
Reíamos ayer en bulevares de puntilla,
Hoy en noches sueño que ella como cerilla,
Enardece al óleo mis penumbras, con un abrazo de amor.

Pléyade (Poemario)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora