Bendiciones (OP. 09)

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(Parte I)

Júbilos dulzores columpios tarareaban,
Estanques verdosos sus miradas volteaban.
Inmersa se encontraba sobre airoso añafil,
Entretanto la niña de cabellos abril.

¡Ay niña de lirio con los labios manzanilla!
Meces flor delirio en luterana campanilla.
Aprieta nubes, oculta tus aterimientos,
Ronca arboleda; conciencia árida por lamentos.

(Parte II)

Manzano parisino de tu mejilla brota,
Hay ramilletes Hiponas rezando en tu regazo,
Dentro de ebúrneas torres de paloma terracota.

Eres pálida, sedosa como Suite de calas.
Cuerdas vocales, Stradivarius ventolera,
En tu torso descansan nidos de faisanes bengalas.

Antaño sin paraguas me empapó áureo aguacero,
Estrangulando de neumonía todo regocijo,
Recuerdo en qué se cremó mi paladar tesoro.

Mi persona se retorcía en crucifijo
Peridoto, sanguíneo, caricias de alquimia añoro.
Rosas de angustia, no respiren con lo que lloro.

(Parte III)

Verdor sopla los jardines,
¿No riegas flor por mañana?
La esbelta luz de tus ojos,
¿Te embelleció de migraña?
Letras háganse molinos,
Mejor regresa a la cama.
Detrás de esas duras conchas,
Albor tus perlas arcanas.

(Parte IV)

Calabobos acampanaron las camas muselinas. Ruiseñores se acurrucaban bonancibles encima de ellas, gozando un baño de amarantos medrosos. Inclinando su cabeza al borde de mi pupitre, lady Laura se embarca en los telones violáceos de algún raudal, ¿Qué soñara lady Laura? Tal vez en navíos navegar sin odisea, desdeñando acentos lascivos de sátiros sirenos. Conste que si escudriñamos entre las criaturas de Pan, calumniados por Apolo los nobles se lanzan al Leteo; dejando a Troya un manuscrito de inoperante amor, y profecías.

(Parte V)

Amigo, llévame en hombros a las aguas marfileñas,
Del santo ángel: cabellera ángelus de mi infancia.
Madrigales sahúman de mi gaita; la fragancia,
Por escuchar mi verso maracucho y sílabas caraqueñas.
Tus consejos cicatrizan remembranzas, son abrazos nelumbos,
Soy tu Damon, mi Fintias de refrescante constancia.
Toma mis muselinas manos y caminemos a los arbolados profundos.
Monet reencarnó en tus manos con japonerías duquesas.

También quiero viajar al estanque de ninfeas,
Debajo del puente oriental, Meninas alegran vista y oído.
¡Espesuras, soledad amena semejante a sol nacido!
Andrés bello invita el almuerzo sobre el pasto de las aldeas.
Amor infinito nos crecerá del alma igual que amapolas,
Lejos, lejos iremos como bohemios florecidos.
Contentos por naturaleza añosa,
Cuál una damisela.

Pléyade (Poemario)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora