Una Verdadera Heroína

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Sé que lo he dicho ya muchas veces, pero nací sin un don especial.

A la edad de cuatro años recuerdo que mi mamá me llevó con un especialista para que me hiciese un chequeo; el doctor nos dijo sin mucho tacto, que lo mejor era rendirnos; no había forma de que yo no obtuviese un don pues solo las personas que carecían de una articulación en el meñique del dedo el pie eran las que carecían de un don, honestamente eso sonaba sin sentido pero a esa edad yo solo escuchaba «no tienes don». Al principio recuerdo haber llorado mucho por mi carencia.

Pero aprendes a vivir con eso.

Desde pequeña supe que las personas no nacíamos iguales, los dones eran un privilegio y te hacían aún más privilegioso si este era uno tan deslumbrante como el de Kacchan, mi amigo de la infancia; soñaba con que nos volveríamos héroes juntos. Claro que, incluso de pequeño ya le gustaba ponerme abajo pero nunca demostró que la idea le desagradara. Cuando todos descubrieron que yo no tendría ninguno, bueno... se harán una idea.

Quisiera o no, en un mundo donde el 80% de la población tenía un don y la gente te felicitaba por ello... no era bueno para la autoestima. Siempre quise ser una heroína, ayudar a la gente que esta en una situación de alto riesgo, las explosiones, la esperanza en medio del caos y los asombrosos héroes que venían al rescate, como aliviaba a la gente. Hay que admitir que era genial.

Y ahora estaba delante de mi mayor ídolo al cual le estaba tratando de explicar como un don nadie como yo podría ser una heroína, solo que no me había dado cuenta que una cortina de humo emergió de la nada y que un señor flacucho y considerablemente más bajo que All Might había tomado su lugar... no espera, un momento.

―¿Ah, eh? ―me trabé por segunda vez, no es que All Might de la nada se haya cambiado de lugar con este señor, ¡es él

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―¿Ah, eh? ―me trabé por segunda vez, no es que All Might de la nada se haya cambiado de lugar con este señor, ¡es él...! ― ¡¿ SEÑOR ALL MIGHT!?

Todavía encima, le comienza a brotar sangre de la boca, y quedó aún más atónita.

¡¡SEÑOR ALL MIGHT!!

Grito como si se fuera a morir, saco de mi propio bolsillo un pañuelo al que rápidamente se lo paso. Él héroe número uno desinflado murmura un agradecimiento.

―¡Co-cómo! ¡De pro-pronto usted...!

―Es como cuando la gente sume la panza e infla el pecho para verse más voluptuoso, algo parecido.

Ahora sí en cualquier momento puedo volver a desplomarme.

―All Might es enorme como un muro... y siempre sonríe...

Estaba sin ni una forma de descifrar que decir más que puro balbuceo.

―¿Siempre sonrío? ―el señor se veía cansado así que se sentó un momento en el suelo. ― Niña, estás viendo mi autentico yo, así que hazme un favor y no lo andes divulgando en internet.

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