09. ¿Cuándo te hiciste tan intelectual?

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—Lo dijiste!— Habló sorprendido. —Por fin— Celebró.

Me tapé la boca con las manos dejándome caer totalmente sobre el suelo.

—No, cállate— Tapé todo mi rostro con las manos.

—Siii, lo dijiste, wuaja— Empezó a burlarse.

—Silencio.

—Lero lero, me dijiste Maxi— Siguió. —Dijiste Maxi.

—Escuchaste mal oh— Le pegué un manotazo suave en su hombro.

Él estaba de lado haciéndome burla.

—Lo dijiste, lo dijiste, lo dijiste.

—No, no, no— Me removí entre el pasto mientras me cubría el rostro.

El Maxi se abalanzó sobre mí intentando sacar mis brazos de la cara.

—Da la cara, cobarde!— Se empezó a reír aún forcejeando.

—Que no lo dije por la chucha!— Me reí nerviosa.

Intentando quitar mis brazos, entre jalón y jalón, lo logró y los puso a los costados de mi cabeza. Se burló unos segundos más y yo tenía los ojos cerrados con fuerza mientras movía mi cabeza negando, hasta que los abrí. Él se había quedado observándome, me puse roja al instante, el alcohol estaba en todo mi sistema. Inspeccionó mi cara y yo tragué saliva como pude, podía sentir nuestras respiraciones chocar de la poca lejanía que teníamos.

—Admite que dijiste Maxi y te suelto— Sonrió levemente.

—No...— Estaba atontada. —No lo dije.., s-suéltame.

Entrecerró los ojos.

—¿Ah si? ¿Entonces no lo vai a admitir?— Negué con la cabeza suavemente. —Entonces si no lo admites te voy a besar...— Declaró re tranqui.

—¡¿Qué?! No!— Hablé rápido.

—Entonces te beso— Comenzó a acercarse lenta y peligrosamente hacia mí. Con su vista fija en mis labios.
Se relamió los suyos a sólo centímetros de los míos, lo que me hizo sentir demasiadas hueás raras en la guata. Mi corazón se empezaba a acelerar cada vez más.

¿Quería besarlo? ¿O simplemente era el alcohol en mis venas..?

Debía ser eso.

Cuando siguió acercándose todos mis sentidos se alertaron, sus labios ya se encontraba a escasos milímetros de los míos. Quería detenerlo, o eso creo... Pero por alguna razón las palabras no salían, y me encontraba inmóvil.

—Maxi!

Habló una voz femenina a unos metros de nosotros.

Él se alejó de mi cara y miró a la chica que lo había llamado. ¡Por poco, casi me besaba!

Nunca más tomo hueón.

Dicen.

—¿Qué pasa?— Le preguntó a la random. Su voz destilaba algo de molestia.. ¿O eran cosas mías?

—El Tomi te busca adentro..— Nos miró raro y mal a la vez.

—..Ya voy— La chica siguió parada ahí. —Ya voy Fer— La llamó por su nombre. Quería que esta se fuera al parecer.

—Ah, ya.

Dijo finalmente y se desapareció por ahí con sus aros redondos gigantes.

Me soltó de su agarre parándose y yo m incorporé, me tendió la mano y se la recibí.

Me debí un helao (pausada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora