Atrapando a Romeo

15. Sabes algo mio ahora

Choque con alguien de camino por el pasillo y cerré los ojos no para no golpear a quien sea que se me haya cruzado porque no era culpa suya.

Pero Andrew me miraba de cerca, y recordé que si era su culpa.

—Ahora no. Andrew —dije, y lo rodee para pasar. Pero el se movió al mismo tiempo para que no pasara—. ¡Dije que ahora no! ¡Muevete Maldición!

—¿Estas llorando?—pregunto y lo fulminé con la mirada.

No estaba llorando pero faltaba muy poco.

—No llores aqui—dijo mirando a todos lados—. Creeran que yo te hice algo y es algo que no quiero tener que explicar. 

Lo odiaba, en serio lo odiaba. Porque era egoísta y casi tan cruel como mis amigos. Cada persona con la que me topaba decía cosas crueles. Pero el era así todo el tiempo, así que al menos no esperaba nada suyo.

—Ahora quiero golpearte—dije, y me acerque amenazadoramente —. ¿Dejarias que te golpee? —pregunté, porque yo era una cobarde para la violencia adrede.

—¿No?—dijo o ¿pregunto?—Bien. Pero ¿Porque?

¿En serio habia dicho que si? No lo golpee. Retrocedí, exhale y trate de relajarme para no llorar en el pasillo o frente a el. No sabia cual era peor.

—¿Porqué todos creen que nos besamos detrás del telón ayer? —pregunte apoyándome en una pared—. No se supone que nadie debía saber nada.

—¿Ellos creen eso?—pregunto, cerré los ojos para no ver su cara de disgusto. Tenia suficiente con mis amigos—. Bueno creo que era inevitable.

Lo sentí apoyarse en la pared junto a mi.

—Es una mala idea Andrew —dije, y abri los ojos para verlo. Pero el solo miraba su teléfono con una sonrisa.
Se lo quité y lo guarde en mi bolsillo.—¿Estas oyendome?  ¿No te molesta que la gente crea eso? ¿Que invente chismes?

El encogió los hombros y se resignó.

—¿Qué esperabas? —preguntó, y cerró los ojos como yo hace rato—. Estar en la boca de todos no es para tanto. Te acostumbras. O te acostumbraras de nuevo.

—Me encanta que me recuerdes el pasado—dije, cerrando los ojos tambien—. Pero. ¿No es raro? —pregunte, aun teniendo en mente lo que me dijo Sophie —. De repente te gustan las personas como yo. Es ridículo.

—¿Y como eres? —preguntó. Abrí los ojos esperando ver una su mirada pretenciosa, pero el seguía en la misma posicion—. Creo que no eres muy diferente.

—No se como me hace sentir eso—dije. Y el sonrió con los ojos cerrados—. Tus parejas fueron.. extravagantes.

—¿Enserio?—preguntó—. No lo noté, creo que solo me fijo en que sean agradables para mi. O en que pueda tener una conversación decente. Incluso si enloquecen en el proceso—rió. ¿Era yo, parte de una de sus ex locas? —. Y tu no eres diferente.

Abrió los ojos y estiro los brazos a los lados, un bostezo salio de su boca. Estiro la mano hacia mi y le devolví su telefono.

—Qué no te suba a la cabeza Janny—dijo tocandome como si fuera un perro. Lo aparte y el caminó unos pasos—. Te llevaré a casa después de tu detención.

No respondí, y se perdió en la esquina cruzando hasta la cafetería.  El era tan extraño. Y no sabia si había dicho que yo era agradable o que estaba loca.

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Ignore a Fred la primera hora de la clase de Álgebra, estaba sentado junto a mi, y tomaba mis cosas como siempre, pero yo no respondia cuando llamaba en susurros.