3. Mas problemas

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— No puedo hacerlo maestra, tengo un entrenamiento después de clase. El entrenador elegirá a la primera línea hoy. —Puso ambas manos en la mesa —. No puedo faltar.

Ella lo pensó, detuvo su lapicero justo donde estaba escribiendo el nombre de Andrew y luego lo soltó por completo.

Ahogue un resoplido. Por supuesto. El no tendrias el castigo. Porque era un deportista, que mas da.

Castiguen a la otra persona que no tuvo la culpa de nada, era lo que pasaba aqui, casi siempre, y esa otra persona era yo.

—Escuche Señor Gray—dijo la maestra lentamente, apoyando los codos en su escritorio—. En esta escuela recompensamos a los deportistas que traen medallas y premios—sonrió y Andrew sonrió aun mas.—. Pero no nos interesan los premios si se pasea por los pasillos y no entra a clase— su mirada cambio a una mas dura, levantó las cejas y tomo su lapicero de regreso—. 2 horas después de clase. Podrá asistir los primeros 30 minutos de su entrenamiento o los últimos 30. Usted decide.

Eso no le gustó a Andrew, retrocedió hasta quedar junto a mi. Reprimí una risa, el giro a verme y sonreí.  Porque era justicia.

—Y usted Señorita Clarke— llamó la maestra. Y mi sonrisa cayó, la de Andrew se ensanchó —. No tiene un club—casi sentia que se burlaba de mi—. Asi que lo hara esta tarde.

Nos entrego a ambos un papel y señalo con la cabeza a la salida. Me resigné y sali de ahi sin mirar atras.

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Camine por el pasillo para encontrar la sala de detención. Escuche algunos pasos detrás mio, no me gire porque ya sabia quien era. Intente caminar mas rápido, para perderlo. Pero fue inútil, en un minuto Andrew ya estaba junto a mi.

—Escuche de tu incidente en Química —rió—. ¿Qué paso esta vez?—preguntó.

Lo mire y me detuve en el pasillo.

—¿Porqué te lo diría?—pregunte, y lo ignoré—. Estoy segura que alguno de tus amigos estuvo ahí. Y ya te lo contó.

Seguí mi camino y el me siguió.  Dios era una pesadilla, creía que no me molestaría tanto este año. No habíamos tenido una conversación normal en un tiempo, al menos no demasiado y ahora estaba muy interesado en mi incidente de esta mañana.

—Estoy castigado por tu culpa—dijo, y se acomodó la mochila—. Así que al menos espero que me cuentes la historia.

—Fuiste tu el que me tiro el jugo encima, y luego se negó a disculparse—repliqué y lo mire con disgusto—. Si hubieras dicho 'lo siento' no hubiéramos perdido nuestra última clase.

—No fue culpa mia—dijo. Y puse los ojos en blanco.

El era esa clase de persona, no sé porque esperaba una disculpa suya.

—Apareciste como un fantasma y me asustaste—rió y empujo la puerta del aula.

Reprimí golpearlo porque el maestro de detención estaba justo frente a mi. Podria golpearlo mas tarde.

—¿Me lo dirás?—preguntó en un susurro junto a mi oido.

De alguna manera estaba sentado detrás mio. En una carpeta unitaria. Lo ignoré y desvíe la mirada de la ventana a mi libro de quimica, porqué estaba segura que no aprobaría si había un examen.

—Jane—llamó y me acerque a mi libro abierto—. Janeee—dijo de nuevo, y cubrí mis oidos—. Janny—dijo cada vez mas cerca, casi podia sentir su peso en mi espalda.

Gire y lo fulminé con la mirada. El sonrió y levanto las cejas en burla.

—Señorita Clarke —llamó el maestro, y Andrew se burlo—. Porfavor siéntese correctamente.

Atrapando a RomeoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora