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Las ojeras son más notables cada día, desde que estoy aquí no e podido descansar como se debe, tal vez sea el cambio de horario o la presión que siento desde que estoy en esta casa.

--Definitivamente tengo que salir de aquí por un rato, tal vez pueda visitar el "santuario" de mi abuela.--

La casa era un desastre, sin duda mi abuela estaría decepcionada, papeles tirados por el piso, mis cosas regadas por todos lados y todas las tazas en la mesa donde estaba sentada. Me solté el cabello y me puse unos tenis que estaban a la mano, la ropa que tenía era la misma del día anterior, tanta a sido mi paranoia que ni habia notado ese detalle.

Estaba cerrando la puerta con llave, no sabia cuanto tiempo estaría afuera y aún que se que aquí no pasaría nada aun tengo la costumbre de la ciudad. Escuche unos pasos acercarse, gire para ver de quien se trataba, era Ale, quien ya me saludaba con la mano y una calida sonrisa.

--Hola! ¡¿Wow que le paso a tu cara?!.-- Tomo mi cara entre sus manos para verme mas de cerca.

--Uy! eso dolió, además no me veo tan mal.-- Me toque el pecho fingiendo dolor y tristeza.

--¿Es broma? Pareces un zombie, necesitas un descanso. --Me solto negando con la cabeza. --¿Ibas de salida?.--

--Si, necesito despejarme un poco ¿Quieres venir?.-- Dejando el show de lado tal vez estar en compañía de una amiga haga mas facil esto.

--Esta bien pero ¿A dónde?.-- Comencé a caminar con Ale siguiendo me el paso.

--Lo sabras cuando lleguemos. --Le dedique una sonrisa que la dejo mas confundida de lo que ya estaba.

[ . . . ]

Narrador omnipresente

--¿Ahora si puedo saber a donde nos dirigimos?-- Preguntó Ale, era la quinta vez que preguntaba pero por más que insistiera su amiga no quería ceder ante la pregunta. --Estamos navegando ya hace rato y aún no se a donde carajo vamos.--

--Tranquila, ya lo veras, ya casi llegamos.-- contesto de nuevo lo mismo.

Ambas chicas iban en un bote pesquero a motor, era imposible llegar al sitio por tierra, la unica manera era por el mar por una zona específica.
No estaban solas, alguien las observaba desde las profundidades del mar, esa mirada era tan profunda y penetrante que hizo estremecer a la pelinegra.

--¿Qué paso?.-- Pregunto al notar el movimiento tan repentino de su amiga.

--No se, sentí como un escalofrío, hasta se me pusieron los pelos de punta.-- Mostró su brazo, se podía observar como tenia los bellos erizados.

--¿Cómo te has sentido estos días?.-- La pregunta tomo por sorpresa a la pelinegra, por que honestamente ni ella sabia que contestar.

--¿A que se debe la pregunta?.-- Una pequeña risa nerviosa se escapo en medio la oración.

--¿Sera por que regresaste años después sin siquiera decir nada? o ¿Por que no puedes dormir desde que llegaste? Además, estas muy pensativa desde lo que paso en la playa, ese día parecía que estabas hecha de papel de tan pálida que estabas.-- La castaña se cruzo de brazos indignada por la forma en que su amiga evitaba hablar.

--Mira ya llegamos! Ven, con cuidado cuando bajes.-- Y como siempre, encontró la forma de evitar contestar la pregunta frustrando mas a Ale.

Ambas entraron a la que era como una cueva, al fondo de esta se veía un hermoso bosque que era iluminado por el sol del medió día. Ale miraba asombrada aquel hermoso lugar, si notar que Itzae ya estaba esperándola en el bosque. 

--Espérame!.-- Corrió hasta estar al lado de su amiga. --Una embarazada no debería de hacer tanto ejercicio.-- Se quejo.

--No te quejes tanto, además tu aceptaste venir. -- Dijo comenzando a caminar de nuevo siendo seguida por su compañera.

--A propósito, ¿Qué es este lugar? Parece que lo conoces a la perfección.--

--Venia aquí con mi abuela cuando era niña, solo vengo a recoger unas cosas, no tardaremos.--

Llegaron a una parte del bosque donde se veía el rostro de una fogata que fue apagada hace tiempo, junto con unos troncos que servían de sillas donde Ale decidió esperar a su amiga. Itzae empezó a escarbar al lado la raíz de un árbol, encontrando enterrada una cajita de madera.

--Lo tengo!.-- Celebró con ma caja en mano.

Caminando de regreso Ale siguió insistiendo en saber que era lo que le pasaba a su amiga, el por que de sus acciones, y aún que la pelinegra se negaba al principio, decidió que si tenía que hablarlo con alguien esa era Ale.

--Esta bien, te voy a contar, pero no quiero que pienses que estoy loca ¿Okey?.--

La castaña solo asintió esperando la explicación que le tenia que dar Itzae.











Hola!
La verdad no se si les esta gustando la historia, siento que aún no es tan interesante pero intento mejorar, gracias a los que siguen leyendo los capítulos y pronto actualizaré de nuevo <3





Amor De Un Dios ( Namor Y Tu ) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora