Nueve: Disculpa.

242 17 154
                                    

Era tan incapaz de concentrarse, no podía dejar de pensar en lo ocurrido, de igual modo difícil de describir el momento por el cual pasó. No logró dormir lo suficiente, podrían resaltar unas ojeras pues ya llevaba varios días que cada día más esta tarea se le dificultaba, acordó para esa mañana reunirse de una vez por todas con Fuleco y hablar de lo que ocurrió en su momento, pues evitarlo no era la solución.

Se verían en una cafetería junto a la mascota futbolistica de Brasil, una bastante parecida a una de las salidas que tuvo con el armadillo, menos mal no mando ese mensaje de su supuesta enfermedad a él, sería tan vergonzoso tocar el tema, pues había tomado la decisión en su momento que después de hablar mejor con Willie ya hablaría con sus amigos más cercanos, no fue el caso y estaba aliviado, aunque no quitaba que tenía cierta molestia presente al hablar con Pique por el mal rato que pasó.

Llegaría un tiempo antes, tras pedir una mesa para dos en la terraza y ser llevado ahí en cuanto tomó asiento cubrio su rostro por completo, suspiro.

Estaba inquieto, a los pocos segundos dejaría de ocultar su rostro y revisaría su teléfono, mando mensaje a Fuleco que ya había llegado e igual estaba en la terraza del local, hace unos minutos este mismo le mando un mensaje donde dijo que ya iría al lugar y respondió que hacia lo mismo. Consiguió de último momento un regalo para él, aprovechó que no durmió lo suficiente y se propusó a buscar algo para él armadillo, le gustaría que fuese después de todo algo muy simbólico de su amistad, tuvo una idea; esta se trataba de la vez donde tuvieron ambas mascotas una conversación mucho más larga que en su momento de celebración, los dos estuvieron por una playa, ahí lo fue conociendo más y podría decirse que en ese mismo momento empezaría su amistad, fue a ese mismo sitio, buscando algún llavero o algo interesante para Fuleco. Tantas cosas le gustaron tras revisar rápidamente, pero sobretodo los llaveros, eligió uno que aunque parezca bastante simple estaba seguro que en cuanto diese una descripción del sentimiento para aquel entonces le gustaría al armadillo, o eso esperaba, aprovecho para igual guardarlo en una cajita que combinará con los colores del mismo llavero, era uno plateado, tenía un caracol de esta misma tonalidad y colgaba de aquellas clásicas botellas que por lo general mantenían arena, pero busco uno distinto, este tenía lo que parecía un mapa del tesoro, pequeños caparazones marinos y perlas, igual conteniendo un líquido que asimilaba el mar, le gustaba mucho como se veía y decidió comprar dos, pues no podría evitar tener uno para así mismo, dando paso a la idea de que podría ser un "llaveros compartidos", el suyo tenía un diseño bastante parecido aunque con ligeras diferencias.

Revisaría algunos más de sus contactos tratando de distraerse; Zabivaka le envió mensaje hace tan solo unos minutos, abrió la conversación.

"Dobroye utro. Espero te vaya bien hoy con Fuleco, nos vemos en la noche." Con tan solo haber leído aquel mensaje sintió como en menos de un minuto sus mejillas se tiñeron de un color rojizo, ojalá los demás no estén prestandole demasiada atención, se sentiría apenado y ahora estaría rojo por la vergüenza, ha estado muy confundido desde la noche anterior, aún siendo incapaz de como debería comportarse al estar junto a Zabivaka.

Respondió a su mensaje, de igual forma deseándole unos buenos días y que se verán pronto, Zabivaka le invito a salir en la noche, no pudo negarse, de igual modo no tenía las palabras apropiadas para contar la relación que se diría que ambos formaban, aún le costaba, pero le gustaba mucho pasar tiempo con el lobo, se continuarían viendo e irían ¿arreglando? lo que hay entre ambos.

—La'eeb—Reconoció aquella voz, se trataba de Fuleco, hace tan solo un minuto recibió un mensaje por el armadillo que ya había llegado, en un rápido movimiento se levantó de su asiento, pero no sabía cómo iniciar la conversación, era tan complicado y extraño, acostumbró siempre a saludarlo con un abrazo, ¿debería hacer lo mismo? Pensaba que no, tal vez al hablar de todo lo ocurrido sería ya el momento adecuado, más no podía evitar el querer darle aquella muestra de afecto, eran muy cercanos después de todo, no hizo más que saludar con su mano y pedirle que tomará asiento, cosa que cumplió, este se sentó frente suyo—Por favor, acepta esto.

El mundial - Fuleco x La'eeb.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora