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⚠️ Claustrofobia ⚠️

⚠️ Nictofobia ⚠️

Su vista se hallaba hundida en la oscuridad, siendo incapaz de siquiera ver su propia nariz

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Su vista se hallaba hundida en la oscuridad, siendo incapaz de siquiera ver su propia nariz. Su cuerpo se sentía atrapado en ese estrecho lugar, haciéndolo desesperar por el hormigueo en sus extremidades, advirtiendo el poco flujo sanguíneo que tenía por la posición y las cuerdas.

No podía respirar, no se sentía capaz de inhalar el poco aire que se encontraba dentro del angosto contenedor a pesar de que habían unos cuantos pocos pequeños agujeros que permitían el paso de éste; la hiperventilación no tardó en hacerse presente, su pecho se extendía y comprimía de forma brusca, sus pulmones pedían a gritos que les diesen más oxígeno. 

El silencio era tan tajante que en un punto comenzó a ser ruidoso, podía escuchar a la perfección sus latidos, como si su corazón estuviese reposado a lado de sus oídos.

Trató de patear la tapa del contenedor varias veces, lo cual era difícil gracias a las ataduras de sus tobillos, y en ninguno de sus intentos logró tener éxito, había demasiadas cosas pesadas sobre ella.

Lloró, pataleó y gritó, pero ninguna de sus súplicas fueron escuchadas ni atendidas.

Las lágrimas no daban abasto, no podía parar de llorar, si seguía así inundaría la caja y se ahogaría, ¿pero qué más daba? ¿No era menos patético morir ahogado en llanto que morir a manos de un desquiciado que le profesaba amor?

Cedió a la afonía, su garganta no le permitía seguir vociferando por piedad, si tenía suerte, Auron cambiaría de opinión y lo sacaría antes de que se cumplieran las ocho horas que juró que lo mantendría ahí. Su noción del tiempo se estropeó horas atrás, en ese momento solo podía contar segundos inconsistentes con la esperanza de que así pasase más rápido el tiempo, no tenía ni una señal de la hora que era en realidad, en el ático no llegaba sonido del exterior y en sus condiciones mucho menos la luz.

Finalmente sus ojos lograron acostumbrarse a la oscuridad del contenedor, consiguiendo la habilidad de ver el pequeño espacio en el que se encontraba, sin embargo, ni su propia mente estaba de su lado ese día, pues podía ver cómo el lugar se encogía, amenazando con aplastarlo en una muerte lenta y dolorosa, machacando sus huesos y prensando sus órganos. El resto de horas permaneció llorando en silencio mientras apretaba los ojos con fuerza, no toleraba ver la oscuridad, mucho menos sabiendo el sitio tan pequeño en el que se encontraba, además, si sus cálculos no fallaban, saldría de ahí aproximadamente a las dos de la madrugada, la hora en la que no había ni una señal de luz en el ático, así que iría a exponerse a los peligros de la negrura de la habitación.

¡Luzu~! —la voz difusa de Auron se acercaba, siendo cada vez más clara en cuanto abrió la escotilla y subió las escaleras.

El corazón de Luzu se apresuró en latir con violencia, en cuanto escuchó la voz de su captor llamarlo, sintió cada segundo como un genuino infierno, estaba tan cerca de salir, pero Auron decidió tomarse su tiempo para quitar minuciosamente cada cosa de encima del contenedor, haciéndolo esperar un poco más.

Behind You ☆ LuckityDonde viven las historias. Descúbrelo ahora