Las amenazas, el terror y la dependencia emocional no dejan a Luzu huir de una relación abusiva, Quackity está dispuesto a salvarlo y demostrarle que el amor no duele, dando todo de sí, intentando dejar atrás el miedo que siente por el monstruo detr...
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Luego de dos semanas repletas de estrés y noches de desvelo, al fin habían terminado los exámenes finales.
Esa tarde Luzu se recostó sobre la cama que compartía, si Auron no lo mató antes, el dolor de espalda baja que tenía en ese momento sí lo haría, quedarse sentado tanto tiempo todos esos días que estudió tan arduamente lo había afectado.
Quackity entró a la habitación para acostarse a su lado, estaba igual de agotado que él, pero más preocupado por haber pasado las materias. Luzu no tenía nada de qué preocuparse, a pesar de sus circunstancias logró mantener calificaciones excelentes desde el primer parcial, por otro lado, a Quackity le costaba un poco más de trabajo ponerse las pilas, últimamente se distraía mucho y el sueño le ganaba, lo que le dificultó terminar con perfección los proyectos y estudiar a fondo para sus exámenes.
—¿Qué nos pondremos para el baile de graduación?— preguntó Luzu con su cara hundida entre las almohadas —no tengo un traje, tendré que conseguir uno.
Quackity se enderezó y tronó su espalda torciéndola hacia un lado, logrando descontracturar sus músculos. Llevó sus manos hacia la espalda de Luzu, masajeándola con sus nudillos en la zona que le dolía, haciéndolo suspirar por el alivio, el pobre se había quejado de eso desde esa mañana, así que su pareja pensó que darle un masaje lo destensaría.
—No lo sé— respondió continuando con el masaje —tal vez tengamos que pedir prestado a alguien.
Luzu se quedó pensando en alguna buena opción, ¿quién tendría un cuerpo parecido al suyo que pudiera prestarle ropa? La desventaja de los trajes era que necesitaba estar a la medida, si era más grande se veía muy desaliñado. Su pareja era ligeramente más bajo y delgado que él, no podían acudir a la misma persona.
—Tú y George tienen cuerpos similares— dijo Luzu —quizá él podría ayudarte, además eres su mejor amigo, no creo que te diga que no, ¿y has visto la cantidad de ropa que tiene? Por ahí ha de tener algo elegante.
—¡Ah, no es mala idea! Y tú deberías pedirle a...— la garganta se le secó de solo pensar el nombre —Vegetta.
Luzu recordó que en realidad sí medían casi lo mismo, y estaba completamente seguro porque se habían visto infinidad de veces en traje de baño todas esas tardes en las que salían a surfear, la cosa era que, como no surfeaba desde hace un buen rato, había perdido peso y no sabía qué tanto cambió su cuerpo gracias a eso.
Aún así, no perdía nada preguntándole.
[...]
Era viernes, hacía más frío que los últimos días y todos querían quedarse en casa abrigados, como lloviera se pondría a nevar. En su camino Luzu miró al cielo observándolo despejado, pero sin demasiada luz, el sol andaba tapado por ahí. Durante su trayecto no dejó de pensar en lo bueno que sería estar en cama con Quackity, mirando vídeos en su móvil mientras se acurrucaban, de verdad en ese momento no había nada que deseara más que eso.
