El joven apático, que no le importaría traicionar a su más fiel compañero con tal de sobrevivir, es corrompido por una chica.
Yoritoki Nozomi, quien es todo lo contrario a él, lo hace despertar nuevos sentimientos sin siquiera percartarse puesto qu...
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𝗡𝗼𝘇𝗼𝗺𝗶.
A pocas calles del estacionamiento, encontramos una tienda departamental. No tuvimos problemas al entrar, pues al igual que todos los edificios en Shibuya, estaba vacío. Sin supervision. Subimos hasta el piso donde se exponía todo tipo de muebles.
—¿Cuantas personas estarán aquí? —Etsumi preguntó en un susurró ya que no quería despertar a Nonaka, quien ya se encontraba dormida en un sillón.
—No lo sé, las suficientes como para que puedan realizar sus juegos macabros sin sentido. —Me acomodé en una de las camas.
—¿Y si tienen algún sentido?
—¿Cómo?
—¿Recuerdas esa saga de películas que vimos, del muñeco que pone a jugar a las personas, porqué según no valoraban su vida? —Se sentó en su cama, estaba impactada por su propia idea—. Sonará muy ridícula la comparación pero... ¿Y si estamos aquí porque lo merecemos?
—Lo entendería si nos hubiera pasado hace años, ahí de verdad no valoraba mi vida, pero ahora, justo cuando me sentía bien con mi vida... Ahí no tiene sentido.
—Umh, yo también estoy bien. Y por lo que sé, Nonaka no tiene problemas ahora mismo. —Suspiró y se volvió acostar—. ¿Sabes? Prefiero creer que seguimos borrachas.
—A este punto esa teoría ya no tiene sentido. Deberíamos necesitar más que drogas como para imaginarnos todo esto.
—Lo sé, solo lo digo para poder dormir en paz.
—Bien, pensaré lo mismo. Descansa.
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—¡Esto es una fantasía! —expresó Nonaka, apreciando toda la comida que Etsumi y yo recolectamos del supermercado.
—No aguanto más, mi estómago está vacío desde ayer. —Etsumi se sentó en una de las sillas del comedor y comenzó a devorar unas alitas de pollo.
