El joven apático, que no le importaría traicionar a su más fiel compañero con tal de sobrevivir, es corrompido por una chica.
Yoritoki Nozomi, quien es todo lo contrario a él, lo hace despertar nuevos sentimientos sin siquiera percartarse puesto qu...
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𝗡𝗼𝘇𝗼𝗺𝗶.
-¡Etsumi! -grité su nombre en un intento fallido de llamar su atención-. Por favor, espérame.
Mis pasos eran igual de lentos que los de ella, por lo que solo se encontraba unos cuantos metros adelante de mí. Pero mi joven amiga parecía estar decidida a seguir ignorándome en todo lo que restaba del camino. Era evidente que se molestó por haberla puesto en la incomoda situación de decidir entre los chicos y yo. Al final, para mi tranquilidad, prefirió regresar conmigo. De muy mala gana.
Mi mente seguía sin comprender el porqué quería irse con ellos, Arisu no es cualquier conocido, es mi ex-novio. No me importaba si estábamos en un juego de vida o muerte, él sería la última persona a la que yo acudiría.Pero eso parecía ser muy complicado de entender para Etsumi, ella de verdad quería irse con ellos. Ella argumentó que sería más fácil para todos vencer los juegos, pero yo tenía la sensación de que había otra razón más allá. Una desconocida. Una que estaba dispuesta a descifrar.
¿Por qué?Porqué... ¿son hombres?
No, eso era una idea muy sexista. Su pene no los hacía más inteligentes, al contrario, los volvía más tarados.
Porqué...¿son más hábiles?
No, teníamos la misma capacidad para ganar los juegos que ellos. Etsumi siempre destacó por su inteligencia, incluso hace unos meses se graduó de la carrera de biología marina. Nonaka, a pesar de ser un poco débil, ha demostrado ser una persona muy trabajadora. Actualmente era mesera en un restaurante muy lujoso. Y yo.. bueno, no todos resisten un disparo.
Porqué...
No, simplemente no había razones.
Tal vez le gusta...
No, claro que no. Karube no es su tipo, ¿o sí?
El dolor insoportable de mi herida me sacó de mis pensamientos. Me detuve en medio de esa calle oscura y desconocida. Llevábamos caminando durante varios minutos pero estaba convencida de que mi pie no podría soportar más tiempo, necesitaba atención de inmediato. La tela se había aflojado y estaba perdiendo grandes cantidades de sangre, mi cuerpo ni siquiera tenía fuerzas para apretarla. No podía seguir avanzando, no con una estúpida bala en el tobillo. De repente, perdí el control total de mi propio cuerpo.
-Maldita sea Etsumi, me disparó. La cosa me disparó. -Revelé y caí al suelo. Todo mi alrededor se hundió en una oscuridad infinita.
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