Días lluviosos [hyunlix]

VIII

El día había terminado y Félix estaba devastado al salir del edificio espero a Hyunjin quién no tardo mucho en llegar, el menor al divisar al rubio se dirigió al auto.

-Gracias por venir por mi y disculpa por molestarte- dijo el menor con vergüenza.

-No te preocupes no tengo nada que hacer así que te parece si damos una vuelta?- el pelinegro esbozo una sonrisa y asintió.

-Querés algo más?- preguntó el mayor a lo que el pelinegro negó pero asintió al momento corrigiendo su respuesta.

-Podemos ir al cine?- el rubio sonrió al ver la tierna cara que hizo el menor, asintió a la petición del de pecas dejando un beso en la comisura de sus labios haciendo al menor sonrojarse, el mayor entrelazó sus manos y se dirigieron la cine.

Al terminar la película caminaron hacia el auto del rubio ya que le menor se negó a seguir el dinero del mayor al este pagar todo el rato por los dos.

-Te llevo a mi casa- dijo el mayor ya dentro del auto a lo que el menor negó rápidamente.
-Creo que ya te e hecho gastar la mayor parte de tu tiempo no quiero seguir molestándote más.-

Eso bastó para que el mayor arrancara el auto en dirección a su apartamento, en pocos minutos se encontraban ya en el pasillo, Hyunjin tomando la mano de Félix, arrastrándolo hacia su habitación, una vez dentro de esta el mayor estampó sus labios con los del pelinegro, pegándolo contra la pared haciendo una leve fricción contra sus entrepiernas, el menor paso sus brazos por la nuca del mayor mientras que este tomo la cintura del menor y lo levanto para que enredara sus piernas contra su cadera, el rubio profundizó más el beso tornándolo en uno lleno de lujuria y deseo, Hyunjin tiró al pelinegro hacia el sofá, posicionándose arriba de este, se acerco de nuevo a sus labios besándolo con fuerza quitándole la prenda superior de su cuerpo, empezó a repartir besos por todo su abdomen haciéndole pequeñas cosquillas al menor, mientras le bajaba sus pantalones llevándose con ellos su ropa interior acción que repitió con los suyos.

-Dejame montarte- pronunció el menor, sorprendiendo un poco al rubio pero que sin dudarlo mucho giró al pelinegro para que quedase encima suyo, el menor empezó a hacer pequeños movimientos en círculos sobre la erección del rubio quién ya se encontraba muy duro, su pene le rogaba por tener el culo del pelinegro sobre su polla, el menor al ver la cara del contrario decidió llevar sus dedos a su boca para lubricarlos y meterlos en su entrada, al ya estar listo se elevó un poco para luego bajar sobre la erecto pene del mayor, en lo que se acostumbraba al tamaño del rubio siguió bajando para tenerlo todo dentro de el, empezó con leves movimientos sacándole uno que otro jadeó a los dos, cuando se sintió listo, elevó sus caderas para luego dejarse caer.

El mayor solo podía sacar roncos gemidos que hacían al pelinegro excitarse más, el menor seguía saltando en la polla del rubio mientras sentía como cada vez se iba haciendo más grande en su interior, la sala estaba llena de los ruidos que hacían sus pieles al chocar, sus gemidos y jadeos, todo era una escena dentro de ese lugar. El menor sintió un cosquilleo en su vientre indicándole que no tardaría mucho en venirse, la situación era la misma para el rubio, pero el pelinegro en ningún momento dejó de moverse sobre el pene del mayor hasta que el mencionado tomo la erección del de pecas y comenzó con movimientos rápidos haciendo que el menor se viniera en su mano, y al par de segundos el mayor repitió la misma acción pero dentro del pelinegro.

El menor se desplomó sobre el pecho del rubio sintiendo como le regalaba pequeñas caricias en el cabello no bastó mucho para que el menor se quedase dormido, el mayor lo cargó hasta su habitación y lo dejo en la cama, el menor al sentir tanto movimiento despertó sin abrir sus ojos, pero lo que no se esperaba era lo que pasaría después.

- Te quiero mucho Lix- y dejo un casto beso sobre los labios del menor quien aún estaba asimilando lo sucedido, sintió los brazos del contrario abrazar su cintura y esconder su cabeza entre su cuello para luego volver a caer dormido.

Félix durmió por fin tranquilamente y en paz después de mucho tiempo, sabía que una parte dentro de él estaba echa pedazos pero ya no sentía tanto ese dolor y frialdad que le transmitía su corazón, ahora sus pesadillas eran reemplazadas por sueños y sus llantos por placer.

Seguir haciendo de esa relación solo algo sexual lo haría sentir mal pensando que usaría Hyunjin para su propio beneficio, para llevarse malas cargas, el menor sabía que su corazón lo alentaba a seguir junto al rubio, aunque de igual forma no se negaba, estar con Hyunjin le transmitía paz, confianza, seguridad entre muchas cosas que Félix nunca pudo sentir en alguien.
—————————————————————————————————————————————————————————————
Mi corazón es de agua.
Beso en el cachete 👄👁️