10. La horrible tarea de ser aceptado.

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-¡Capitán! ¿Quería verme?

-Gaio, menos mal que has llegado. Siéntate.

-Estoy mejor de pie, mi capitán. No se preocupe.

-Te habrán llegado noticias de las numerosas desapariciones y asesinatos en Sidney sin explicación ni rastro alguno.

-De algo me he enterado.

-Tonio ha estado haciendo un análisis y hemos encontrado algunos aspectos curiosos.

-¡¿De qué se trata?!

-Para empezar las desapariciones sólo se llevan a cabo en lugares oscuros. Aunque hay un patrón que me causa más interés.

-Sorpréndeme.

-Hemos descubierto que el culpable de todo esto no es capaz de matar gente con Taikokus fuertes. Aunque el secreto de los Taikoku no es revelado, hay algunos que saben mucho por su propia experiencia y desarrollan sus poderes. Por lo tanto, siempre puede haber sobrevivientes.

-¡Fácil solución, mi capitán! ¡Enviamos algunos Jaikiden y héroes de primera clase para Australia y pillamos a ese bastardo!

-No podemos. El culpable nos conoce a todos, actúa cuando sabe que no hay héroes de los que preocuparse.

-Nos tiene con las manos bien atadas...

-No. Si así fuera, no te hubiese llamado. Necesitamos a tus alumnos para la ocasión. Nadie más que nosotros conoce a los candidatos. Por lo tanto, pueden brindarnos ayuda para capturarlo.

-No veo recomendable mandar a mis alumnos a morir tan pronto.

-La decisión está hecha. Tauro vendrá mañana a elegir a los candidatos disponibles.

Arian miró a Diallo con una encantadora sonrisa. Diallo, que estaba de buen humor, fue directo a darle un abrazo.
El Jaikiden de la verdad iba con un atuendo muy formal para su costumbre. Llevaba una camiseta blanca que mostraba la figura de sus músculos y unas bermudas grises dos tallas más grande.

-Vaya, nunca había visto a Diallo tan alegre - pensó Thorcan.

Diallo y Thorcan se miraron, entonces su expresión cambió. Lo miraba con aires de superioridad. Diallo, no tiene sentido tu forma de ser. Un día lloras por Thorcan y al otro lo miras como si no hubiera pasado nada.

-¿Te has recuperado del todo? - preguntó Diallo.

-Sí, ya estoy mejor. ¿Usted cómo se encuentra?

-Nada que el sensual tacto de Jessica no pueda curar. He oído que te has tomado tu tiempo para curarte.

Diallo fue un monstruo en el momento en que peleaba con SAM. Por cada golpe que recibía, más vivo se sentía y con más fuerza los devolvía.
Thorcan recordaba aquella sonrisa perdida en la diversión cuando recibía los golpes envueltos en el metal resistente de SAM. Le surgió la incógnita de por qué Diallo lo disfrutaba tanto. ¿Era porque disfrutaba el sufrimiento o porque el golpe que venía después causaría peores efectos?

Arian se puso detrás de su alumno y empezó a darle palmadas en la espalda.

-¡Eh! ¡Salvatore! ¿Has traído a la bestia? - pregunta Arian con un tono coloquial.

Imagina estar dormido durante un mes y cuando despiertas te mandan a pelear contra bestias. Diallo y Arian liberaron sus sonrisas más malvadas mientras se miraban el uno al otro. ¿Es un entrenamiento o una lucha totalmente clandestina organizada por dos Jaikiden?

C.H.A.S.E.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora