-Estoy listo... Le doy mis agradecimientos a Mason Stone.
-¿Por qué darle las gracias a ese hombre?
-No seas desconsiderado. Mi cuerpo, tu creación y este poder es todo gracias a él.
-¿Es por ese experimento que acabó mal?
-Indudablemente.
-¿Qué piensa hacer ahora?
-Lo mismo que hizo Jesús. Reunir unos discípulos.
-Me atrae la idea. Le espero aquí.
En algún rincón de California, el mal aguarda. Una calle estrecha, dos aceras y un asfalto, a la espalda de grandes edificios. "No es recomendable ir de noche solo". ¿Qué más da? Caminaba un hombre, si es que se le puede decir hombre, con pasos tranquilos y firmes. Vestía con lo primero que había localizado en un contenedor de ropa usada. Una camiseta de algún equipo famoso de baloncesto, cuyo nombre se desconoce, ya que está muy desgastada. Llevaba unas bermudas grises que le llegaban hasta las rodillas. Un poco confundido, caminó al interior de la calle. Se miró en una ventana un tanto mugrienta.
Esta cara... ¿De verdad soy yo? Una mandíbula bien definida. Una piel delicada, sin imperfecciones. Un pelo rizado y dorado, llegaba hasta los hombros. Tenía ojos de color marrón almendra, con una cantidad excesiva de venas y manchas rojas que se veían a plena vista.
Ni cansancio, ni molestia, ni dolor, sentía su cuerpo en la mejor de las condiciones. Con toda seriedad, tan solo quería una cosa en esa repentina noche, personas. Le bastaba con cualquiera que se topase en su camino. Un momento, ¿qué llevo en las orejas? Dos auriculares, estaban conectados a un reproductor de música. Miró las canciones, qué extraño, solo había una y estaba en bucle. Another One Bites the Dust. Una canción de el año 1980. Le dio al botón de iniciar. El bajo, la percusión, ya lo sentía. No es mal ambiente para buscar personas.
El hombre se movía con buen ritmo, pasos extravagantes. Una vuelta entera mientras que caminaba. Cerró los ojos, sentía la música. Qué libertad. Por fin, hora de brillar. El mundo sabrá quién soy, con gloria lo sabrán.
Vaya, vaya, vaya... Por fin. California siempre está hasta arriba de personas, pero este es un pequeño y buen comienzo. Tres jóvenes pasaban por la zona. Iban en fila india, uno delante del otro pasando, la acera era un poco estrecha como para ir los tres juntos. El primero de todos, el que llevaba la delantera, iba borracho. Tenía una enorme barriga y mucho sudor en la frente. Parecía bastante más mayor que los de atrás, veinte años. Tenía el pelo rapado y cargaba con una lata de cerveza. Su piel era verde, al igual que sus ojos, y a su espalda se podía ver una gran cola verde y escamosa que llegaba hasta su cuello de longitud.
En medio iba el que parecía ser el más joven de los tres. Llevaba una camiseta bastante corta, al igual que sus pantalones. Había grandes bultos rojos del tamaño de puños en diversas partes de su cuerpo, sin duda alguna, un Taikoku físico.
El último era más bajito, su forma de caminar iba junto al ritmo de Another One Bites the Dust. Tenía cara de un joven que acaba de tocar la mayoría de edad. Su pelo era azul y también caminaba con aires de haber bebido un poco, qué gran noche han tenido que vivir para que el karma les pusiera en esta horrible situación.
Hubo cruce, los jóvenes hicieron como que el señor no estaba. El chico de en medio se chocó con él, una fuerte colisión de hombros que acabó con la paciencia del joven en breves segundos. El joven de los bultos rojos le metió un empujón al hombre y le dejó apoyado contra un coche.
-¡Mira por donde vas, capullo! - dijo el joven de los bultos rojos.
-¿Quieres pelea? - dijo el otro joven borracho de piel verde mientras acomodaba sus nudillos.
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C.H.A.S.E.
AcciónDiferencias, secretos, superaciones y luchas... Miles de historias ocurrirán en el entorno de Aoi Thorcan, un joven el cual recibe la noticia de que la formación de héroes que protegen su planeta está buscando nuevos integrantes después de décadas y...