-¿Qué pasa, carapasa?
-Arian, ¿ya habéis vuelto? Qué pronto, ¿habéis puesto a la amenaza bajo arresto?
-¡Jajaja! Stone, te vas a partir... Esa cosa...
-¿Qué ha pasado? ¿Ha habido heridos?
-Verás... Esa amenaza se llama SAM, y se oculta en el cuerpo de un chaval, es una historia muy difícil de contar... El caso es que lo hemos traído al cuartel.
-¿Habéis traído a un criminal al cuartel?
-Él no es un criminal como tal, te lo explicaré todo, vamos a tu despacho.
-¿Mi despacho? ¿Para qué?
-¿Quieres que te cuente qué ha pasado en Nueva York o no?
-Está bien, vayamos al despacho...
Buenos días. Es hora de despertar. Llegas tarde a clase. Qué pereza ir a clase y que te enseñen cosas que ya sabes. La madre de Thorcan siempre era el despertador de las diez horas de sueño bien calculadas. Qué extraño, no escucho el despertador. Mi madre no está. Me cuesta abrir los ojos. Hay una gran luz señalando con gran intensidad.
Thorcan intenta abrir los ojos, pero esa luz es tan molesta que es mejor quedarse acostado con los ojos cerrados, sin dormir. No se estaba tan mal, aunque no estaba arropado, estaba al descubierto. Thorcan cayó en una cosa, las camas no suelen ser de cuero, ¿dónde se había metido? Menudo dolor de cabeza. Un momento, Thorcan escucha algo. Una voz dulce, seguida de una carcajada de la misma.
Dios. ¿Estoy muerto? Esa voz no es mi madre... Tengo que moverme... No me puedo quedar eternamente aquí tirado, esa voz, ¿de qué me suena? Un momento, Nueva York, SAM, Arian, ¿era todo un sueño? Escucho pasos cerca, alguien se acerca a mí, tengo que reaccionar.Thorcan alzó el cuerpo con todas sus fuerzas, aún con los ojos cerrados. Se chocó con algo extraño. Qué textura tan curiosa la que sentía Thorcan, nunca había notado algo igual en su vida. Aunque Thorcan no es tonto, y al darse cuenta de lo que era, se puso rojo como un tomate y se apartó. Eran las tetas de una mujer, la misma mujer de la voz dulce y familiar, ahí estaba, sorprendida. Estaban por encima de la media, si es que la hay. Después, la mujer sonrió y Thorcan la reconoció al instante. Jessica Penbelton, Jaikiden del amor. La chica se emocionó mucho, dio unos pasos hacia atrás y observó a Thorcan con atención.
-¡Te has despertado!
La mujer se lanzó a darle un cálido abrazo a Thorcan. Thorcan tan solo cedió a ponerle una mano en la espalda para corresponder. Ella es igual a como se deja ver en la televisión. Una hermosa mujer de ojos celestes, labios gruesos, y un pelo liso y rubio. Vestía con una bata blanca, como si fuera una doctora, la cual resaltaba sus grandes atributos.
-¿Eres tú? ¿Dó... Dónde estoy?
Thorcan miraba el lugar. En un principio y por la luz pensaba que estaba en un hospital, pero no sé parecía en absoluto. Las paredes estaban pintadas de color rosa. A uno de los lados de la habitación había una gran selección de armas de corto alcance, todas de color rosa. Thorcan miró hacia el otro lado. Una enorme cama con forma de corazón repleta de un montón de osos de peluche, con todo a su alrededor rosa. Y en la última pared había dos grandes cuadros, uno que parecía ser un retrato de Jessica, y otro que resultaba ser de todos los Jaikiden luciéndose para el cuadro. Qué raro. Ahí falta alguien. Hay una parte que ha sido arrancada del cuadro. Thorcan prefirió no preguntar , aunque veía a todos los Jaikiden de siempre.
-Bienvenido al santuario del amor.
-¿Santuario del amor? Me suena a un botellón.
-No... ¿De verdad no lo sabes?
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C.H.A.S.E.
AkcjaDiferencias, secretos, superaciones y luchas... Miles de historias ocurrirán en el entorno de Aoi Thorcan, un joven el cual recibe la noticia de que la formación de héroes que protegen su planeta está buscando nuevos integrantes después de décadas y...